"Llevo más de un año esperando para ser operada de un problema de neuralgia". Conchita --nombre ficticio-- tiene 57 años y desde hace cuatro sufre "muchísimos dolores" como consecuencia de la neuralgia del trigémino, uno de los nervios que recorren la cabeza. "Tengo momentos insoportables y la enfermedad me perjudica a mi calidad de vida. Hago muchas visitas a urgencias, para que me calmen los dolores, pero los analgésicos clásicos no sirven y solo quiero que me operen de una vez", se queja.

"En un principio creí que sufría migrañas, pero me tuvieron que hacer un examen exhaustivo para determinar la neuralgia. Siento como corrientes en la cara y muchas veces no puedo ni comer. A veces, hasta cepillarme los dientes desencadena en un mal rato", explica. La situación también ha sido negativa a nivel laboral. "He tenido que coger la baja muchísimas veces", asegura la afectada.

Conchita reconoce que se ha planteado operarse en la privada, pero asegura que económicamente "supondría un roto" para su bolsillo y no puede. Mientras, continúa a la espera de la llamada para ser intervenida en un hospital de Zaragoza.