Las empresas de grúas aragonesas se mantienen firmes. En los dos días transcurridos desde que se sumaron al conflicto laboral iniciado en el País Vasco, los gruistas de las tres provincias no han remolcado ningún coche averiado, pinchado o accidentado en las carreteras de la comunidad.

"Estamos en huelga, no podemos ir a buscar su coche ni aunque usted nos pague el servicio con su dinero", respondían ayer, unánimemente, todas las compañías a los conductores en apuros que llamaban a sus instalaciones.

De nada servía que el automovilista describiera su situación con tintes dramáticos, como que estaba "tirado" en la autovía, lejos de cualquier área de servicio y dispuesto a pagar lo que se le pidiera por sacarlo del aprieto.

"Lo mejor es que llame a su taller de reparación para que le envíe un mecánico que le arregle el coche donde está parado", aconsejaron en Grúas Autos, una empresa radicada en Zaragoza.

"Para turismos y furgonetas no se sale", respondían escuetamente en Grúas Tony, también en la capital aragonesa. Pero fuera de Zaragoza la actitud de los gruistas era idéntica. "Lo sentimos", dijeron en Grúas Hermanos Serrano, en Calatayud. "No podemos salir. Si salimos y pasa algo, ya la hemos liado".

La resistencia de los gruistas a moverse de sus naves del extrarradio explica que, a media mañana, hubiera cuatro coches abandonados en los arcenes de la autovía de Madrid, a la altura de Calatayud. O que otro turismo se encontrara bloqueado en un lateral de la autovía AP-2, entre el peaje de Pina de Ebro y Bujaraloz.

Sin embargo, en Zaragoza los coches inmovilizados en las calles y en las afueras fueron retirados ayer sin tardanza por las grúas municipales, una vez que la Policía Local recibió la orden de "llevar al depósito de vehículos todos los automóviles que supongan un riesgo para la seguridad de la circulación y de las personas", en palabras de Manuel Solanas, intendente principal de Tráfico.

A lo largo del día, las grúas del ayuntamiento trasladaron al depósito de la carretera de Castellón (reservado por lo general para los vehículos infractores o abandonados) un total de cuatro coches. Dos de ellos se hallaban averiados desde el día anterior en la autovía de Huesca, junto a la Academia General Militar, y en la Ronda Norte.

Los otros dos afectados eran vehículos accidentados durante la jornada de ayer, uno al chocar contra una farola en la intersección del tercer cinturón con la avenida de Cesáreo Alierta, y otro al salirse de un camino rural en Venta del Olivar.

La retirada de un vehículo por parte de la Policía Local cuesta entre 80 y 114 euros, una cantidad que los conductores afectados por la huelga de grúas pueden reclamar a sus aseguradoras.