Nadie recuerda una Romareda tan llena para recibir a un jugador. Si acaso, con Pablo Aimar y las cifras serían similares, solo que el contexto, con el Zaragoza en Segunda por séptima temporada seguida, pondera hacia arriba la locura generalizada que se vivió en la presentación de Shinji Kagawa. Los pelos de punta se pusieron con el himno del Zaragoza o con el Volveremos a Primera que miraba y escuchaba el astro nipón con una alegría inmensa. Se sentía querido y arropado. Y lo que le espera.

El Zaragoza hizo una presentación a la altura ya desde el Auditorio y que tuvo su cénit en La Romareda, con una afición entregada, con más de 7.000 almas demostrándole a Kagawa que ha elegido bien, que viene a Segunda, pero a un equipo especial. «Ha sido, de largo, una de las mejores presentaciones. Creo que, sin duda, la mejor incluso de la historia del Real Zaragoza», sentencia Marcos García, aficionado blanquillo.

El fichaje del japonés, a nivel mediático, Marcos lo pone al nivel de Ayala, D’Alessandro o Aimar, pero «hay una diferencia sustancial, que ahora estamos en Segunda». Por ello, añade, «el grado de ilusión, del 0 al 10, es un 12 o 13 tranquilamente».

Roberto Espiago reconoce que «se me han puesto los pelos de punta» y que ha sido una presentación «a la altura del jugador». Afirma también que tiene «mucha ilusión por verle debutar y jugar este sábado ya y ojalá marque muchos goles y nos dé muchas alegrías».

Daniel Valero cree que el fichaje de Kagawa «es un sueño para el Zaragoza» y destaca también «la ilusión que ha generado este fichaje entre el zaragocismo», porque «ha jugado la Champions varios años y ganado Ligas internacionales». Además, mediáticamente no recuerda una incorporación de este calibre más allá de las de Pablo Aimar o Matuzalem.

Por último, Félix Soriano acudió con sus dos nietos a La Romareda bien preparados, con las banderas del Real Zaragoza y de Aragón. Asegura que «se ha visto cómo está el zaragocismo con el equipo» y que «el fichaje emotivamente nos ha gustado mucho». «Ha sido un espectáculo por la gente que arrastra, algo que jamás habíamos visto en Zaragoza. Ni con Nino Arrúa. Jamás había visto tanta gente en una presentación. Cuando vino Zapater igual hubo un poco menos de gente. Ha sido una pasada», concluye.