El hall del Palacio de Congresos Zaragoza Expo2008 parecía ayer la plaza de España de Tarazona. En medio del mismo estaba el alcalde de esta localidad zaragozana y nuevo presidente del PP de la comunidad, Luis María Beamonte, recibiendo felicitaciones y enhorabuenas por doquier. Estaba a la espera de recibir a María Dolores de Cospedal que iba a bendecir su cargo, pero no estaba nervioso o, al menos, no lo demostraba. Tampoco tenía tiempo para ello, ya que muchas personas querían hacerse una foto con él. Sin borrar la sonrisa posaba una y otra vez. Parecía estar en una caravana electoral por la comarca de Tarazona y el Moncayo.

Ya estaba cerca la hora de llegada de Cospedal y dos de sus colaboradores más cercanos, Mar Vaquero y Javier Campoy, le dijeron de ir a la puerta de entrada. Tras los saludos y abrazos propios de estos acontecimientos, todos ellos, acompañados de Luisa Fernanda Rudi, traspasaron el hall andando para dirigirse a una sala en la que poder hablar distendidamente y con tranquilidad. A pesar de ello, Beamonte seguía dando la mano a todo aquél que se encontraba en su camino, también a algún que otro periodista. Y es que, tal y como señalaba un vecino suyo, «ese es Luisma, un tío cercano que reconoce a las personas. Es más que un alcalde». No le faltaba tampoco razón, ahora es líder de los populares aragoneses.

Una forma de tratar que posiblemente tenga que ver, no solo por su personalidad, sino también porque su vida política ha estado siempre muy ligada con su vida local. Hace 14 años comenzaba como concejal en el Ayuntamiento de Tarazona y lleva tres legislaturas como regidor del mismo, la última de ellas conmayoría absoluta. Algo no muy fácil en estos tiempos políticos de pactos y mayorías simples. Un puesto que ya ha dejado claro que no va a abandonar en esta nueva etapa.

En esa relación con el mundo municipal, que él mismo defiende como «política de proximidad y de corazon», está también presente la Diputación de Zaragoza (DPZ), dónde llegó como diputado y que acabó presidiéndola. Un recorrido político pegado al territorio y que aún no tiene escrito el final. Según Cospedal será la DGA porque «el 13 me da suerte y es el número del congreso regional».