Los Gobiernos de Madrid y París acordaron en noviembre del pasado año dar un primer impulso a la travesía ferroviaria del Pirineo central en una cumbre celebrada en Carcasona. Ambos Gobiernos se comprometieron a contratar en el primer trimestre del 2004 los estudios del proyecto del Vignemale, que consideraron prioritario. Lo que quedó más difuminado fue la reapertura del Canfrnac, para la que Francia no renovó su compromiso y que se quedó sin fechas. El grupo de trabajo hispano-galo sobre conexiones ferroviarias transpirenaicas (creado en el 2001) iba a ser el encargado de iniciar los estudios de esta obra, cuyo coste superaría los 3.000 millones de euros.

En cuanto a la reapertura del Canfranc, la apuesta de la cumbre hispano-gala de otoño del 2003 fue menos clara. Si bien España mostró su interés en la reapertura, considerada como la primera fase del proyecto del Vignemale, Francia no fue nada clara. Y no se renovó el compromiso hispano-galo de poner en marcha la línea en el 2006. El coste de recuperar toda la línea Zaragoza-Canfranc-Pau es de 842 millones de euros, de los que 542 millones se gastarían en suelo español (209 de ellos para la reapertura) y los otros 300 millones, en la infraestructura francesa.