Malnutrición y desnutrición. Dos conceptos distintos y que se tiende a igualar de forma errónea. La desnutrición hace referencia a aquellos que están muy por debajo de su peso, hambrientos y sin capacidad de ingerir alimentos de una manera regular. Está instalada en los países subdesarrollados. En España el problema que existe es de malnutrición. La crisis económica ha obligado a muchas familias a cambiar su dieta por una más barata, cargada de hidratos y calorías y donde los productos frescos han huido de la nevera. El resultado: el sobrepeso.

En el barrio de San Pablo se ha realizado un estudio para conocer los casos de malnutrición infantil y cuáles son las causas para poder actuar. El punto de mira se encuentra en las familias. "Aunque se dé de comer a los niños una vez al día, si cuando llegan a casa no reciben una buena alimentación, no se soluciona nada", explicaba la pediatra Carmen Puig.

El 30% de los niños que acuden al centro médico de San Pablo sufre sobrepeso, explicó Rosa Macipe, pediatra del centro que ha trabajado directamente en este estudio realizado por la Fundación Federico Ozanam sobre estrategias alimenticias. "No vemos que haya desnutridos, sino mala calidad de la comida".

Ambas pediatras coinciden en la necesidad de trabajar con las familias para poder afrontar este problema "y no hacemos hincapié en ello", apuntaba Puig. Son los padres los que tienen que hacerse responsables de la alimentación de sus hijos y, por ello, los programas de comedor deberían ir acompañados con un programa familiar. "Estamos muy expuestos a la comida basura", decía Macipe, y Älos padres han dejado de comprar productos frescos y verduras". Sumado a esto, decía, "cada vez son más los niños que tienen que calentarse solos la comida porque sus padres están en el trabajo y se cae en la comida rápida".

Administraciones públicas

Las instituciones públicas son esenciales para tratar de reeducar a la sociedad. "La pirámide alimenticia hay muchas familias que no la entienden", decía Puig. En la cadena "fallamos todos", añadía. Desde los pediatras, que deberían insistir más a los padres en cómo tiene que ser una buena dieta, hasta las instituciones públicas que no se preocupan por este tema o no han sabido lanzar el mensaje correcto, explicaba. Los niños malnutridos suelen ser españoles. "Los inmigrantes que mantienen sus costumbres cuando vienen a España suelen comer bien. El problema llega cuando caen en nuestra alimentación", precisó.