La persistencia de la crisis está provocando que cada vez haya más parados aragoneses sobreviviendo sin ningún tipo de ayuda pública. Actualmente, se estima que hay más de 45.000 desempleados sin ingresos en la comunidad, aunque eso no quiere decir que todos ellos hayan agotado los diferentes subsidios: algunos son parados que no han trabajado con anterioridad (estudiantes) o que no han cotizado lo suficiente como para ganarse el derecho a recibir una prestación. La cifra, no obstante, no ha dejado de crecer en los últimos años, ya que a mediados del 2010 apenas había 20.000 aragoneses en esta situación. Los sindicatos observan el fenómeno con preocupación y ya han alertado del riesgo de exclusión social.

Por el momento no hay ninguna estadística que precise el número exacto de parados sin ingresos, pero, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), de los 113.257 desempleados registrados en noviembre de este año en Aragón, un total de 36.010 recibieron la prestación contributiva (o paro), mientras que 27.096 cobraron algún tipo de subsidio o la renta activa de inserción (ayudas que apenas llegan a los 500 euros). El resto, hasta los 113.257, o no recibió ninguna prestación (la gran mayoría) o se benefició de los 426 euros del plan Prepara.

Más allá de estos subsidios estatales, los ciudadanos sin trabajo y sin recursos solo pueden solicitar el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) --en el segundo semestre lo recibió cada mes una media de 3.500 personas-- o la ayuda de urgencia del Ayuntamiento de Zaragoza (unos 700 beneficiarios al mes). "Lo que está claro es que cada vez hay más gente sobreviviendo sin ingresos; nosotros estimamos que más del 40% de los parados de la comunidad", subraya el secretario de Empleo de CCOO Aragón, Juan Carlos Cantín. No en vano, muchos ciudadanos se encuentran en una situación tan complicada que no les ha quedado más remedio que acudir a oenegés o a centros sociales para poder llegar a fin de mes.

La secretaria de Formación y Empleo de UGT Aragón, Pura Huerta, apunta, además, que no todos los parados se inscriben en las oficinas de empleo porque no confían en encontrar trabajo, así que la cifra de ciudadanos sin cobertura aún podría ser mayor.

PARO DE LARGA DURACIÓN Una de las mayores preocupaciones de los sindicatos es que, cinco años después del inicio de la crisis, la cifra de parados de larga duración no ha dejado de crecer en la comunidad, lo que significa que la lista de desempleados sin protección podría seguir creciendo a corto plazo. De hecho, el número de beneficiarios de prestación contributiva --el conocido paro y el subsidio de mayor cuantía-- se redujo durante el 2013 en casi 5.000 personas.

Por todo ello, los sindicatos subrayan que la administración no puede quedarse de brazos cruzados ante este panorama y exigen una "renta básica ciudadana". "Lo que reclamamos es un subsidio para los que no pueden acogerse a otro tipo de ayudas y que no tienen ni para comer. Si el Gobierno no atiende a estos ciudadanos les estará abocando a la indigencia", denuncia Huerta, que lamenta que la situación actual es "de clara emergencia".

De hecho, CCOO apunta que el número de hogares aragoneses en los que no entra ningún ingreso pasó de 7.675 en el 2010 a 9.316 en el 2012. Cantín señala en este sentido que otra de las soluciones para mitigar el problema pasaría por rebajar los requisitos para acceder al IAI o a la renta activa de inserción.

Por otra parte, los sindicatos insisten en la importancia de la formación para que los parados de larga duración puedan reincorporarse al mercado laboral. "Si hay un segundo plan Impulso nos gustaría que las partidas no se dispersaran tanto y se concentraran más en la creación de empleo y en evitar el riesgo de exclusión", concluye Cantín.