El expresidente de la Generalitat Artur Mas aseguró ayer que la fianza de cinco millones de euros que exige el Tribunal de Cuentas a él y otros diez cargos más por la consulta independentista del 9 de noviembre del año 2014 le deja «sin absolutamente nada». Lo dijo en una entrevista en Rac1, en la que además participaron los exconsellers Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau, también inhabilitados por impulsar el 9-N. El Tribunal de Cuentas ha citado el 25 de septiembre a un total de 11 altos cargos para comunicarles que deben abonar el coste del 9-N. Este órgano, sin embargo, aclaró que el pago no tiene que ser inmediato.

En una entrevista en la Televisió de Catalunya, Mas bendijo las campañas de cuestación popular para hacer frente a la fianza. «Si se trata de reunir el dinero pueden estar tranquilos que lo conseguiremos», indicó. Sus números son estos: casi dos millones de personas votaron por la independencia el 9-N y el 27-S, por lo que «solo haría falta una pequeña aportación de todos». Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) abrieron hace ya tiempo una caja de resistencia que ahora cuenta con medio millón de euros.

Mientras, la exconsejera Joana Ortega se mostró «enfadada y cabreada» por la citación y confesó que hacer frente al pago pone en riesgo su único patrimonio, que es su vivienda, lo único que puede dejar a sus hijos. Aun así, sentenció que «hay cosas más importantes» que el patrimonio, como las convicciones políticas, una afirmación que suscribieron Homs y Rigau.