El párking de la plaza de Salamero de Zaragoza seguirá cerrado parcialmente y lo hará durante meses. Solo la reparación del área afectada superará «el millón de euros» e irá pareja a una remodelación de toda la plaza que eliminaría las zonas verdes. A falta de los informes técnicos definitivos, en un primer análisis el motivo por el que se produjo el «abombamiento» del forjado está directamente relacionado con el agua y la humedad que acumula la tierra de los parterres y que se ha ido filtrando con el paso de los años.

Esta es una de las primeras conclusiones extraídas de la revisión que realizada por el servicio de Inspección Urbanística del ayuntamiento, que decidió cerrar el aparcamiento de forma «preventiva» por «seguridad» y ante el riesgo que existía de «hundimiento».

Según explicó el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Abadía, la estructura del resto del aparcamiento no está dañada y la afección se concentra en el forjado de la cubierta del párking que, a su vez, hace de planta de la plaza Salamero. El hundimiento, de entre dos y tres centímetros y que abarca una superficie de 400 metros cuadrados, se produjo en una de las zonas ajardinadas por el elevado peso que soporta constantemente ese forjado.

Estos parterres, con más de un metro de profundidad, están rellenos de tierra que con el agua y la humedad incrementan la carga de peso que soporta la estructura. Abadía explicó que el pilar principal no se ha visto afectado, como tampoco lo están el resto de plantas, así que se ha procedido a apuntalar el área afectada desde «tierra firme», es decir, desde la tercera planta para transmitir al suelo toda la resistencia y carga, anulando así el riesgo de hundimiento.

EN ESTUDIO

Aunque los técnicos municipales y la concesionaria, a través de una empresa externa especializada, están investigando las causas y analizando cómo se encuentra el resto de la estructura, Abadía informó de que está comprobado que el agua y la humedad acaba afectando al hormigón y lesiona el hierro de su interior, por lo que aventuró que es muy posible que en la zona afectada se opte por eliminar el parterre. Por ahora se está vaciando la plaza, retirando la tierra y su arbolado para eliminar este peso añadido.

Según Urbanismo, solo la reparación de este espacio podría superar el millón de euros dada su complejidad desde el punto de vista técnico y teniendo en cuenta la superficie.

Para el gerente de Urbanismo, y siempre a la espera de los informes definitivos, sería conveniente que se optara por eliminar la zona ajardinada de la plaza, siguiendo el ejemplo del párking de la calle Moret, donde se obviaron los parterres por los problemas que ocasionan. Añadió que, de no hacerlo, es posible que dentro de varios años vuelva a repetirse este abombamiento en otro punto, pero siempre del forjado de la cubierta, que es por donde se cuela el agua. Hay que tener en cuenta que la zona urbanizada de la plaza ronda los 2.000 metros cuadrados, por lo que se trataría de un proyecto de ciudad y de gran envergadura.

Una sugerencia que no se aleja de las peticiones que realizaron tanto el PP como Cs en reiteradas ocasiones desde la oposición. Las formaciones que ahora están al frente de la ciudad propusieron en más de una ocasión recuperar la idea originaria de esta plaza, diáfana y destinada en su totalidad al tránsito peatonal.

La realidad es que ha pasado una cantidad de tiempo suficiente como para que la estructura sufra el peso, sobre todo de tierras húmedas, que es habitual en estos casos. Este tipo de construcciones deben tener supervisiones y renovaciones constantes, algo que parece no haberse producido o no se han realizado con el suficiente rigor, según explicó un experto a este diario, que aclara que no hubo ninguna anomalía en la construcción, muy normal para la época.

«No parece que sea un problema de aluminosis ni nada parecido, simplemente que han pasado muchos años.

El cansancio del hormigón y las tensiones acaban produciendo estos problemas. Las cosas no suceden de la noche a la mañana, pero es evidente, por supuesto, que en 50 años una estructura se deteriora», añadió. Le auguró «un mal porvenir» al aparcamiento porque «cuando un forjado se deteriora de esa manera y empieza a sufrir formaciones, no hay grandes cosas que hacer. Lo apuntalarán, a ver qué soluciones hay, pero tiene mala pinta».

Primer aparcamiento subterráneo que se proyectó en la ciudad

El proyecto del aparcamiento subterráneo de la plaza del Carbón data de 1968, cuando en Zaragoza no se había construido ninguno así. El párking costó 73 millones de pesetas y se inauguró a principios de los 70, en una época en la que la mentalidad ciudadana no estaba preparada para respetar el espacio propio del peatón. De hecho, era común encontrar vehículos estacionados allí, en los andenes de Gran Vía, Fernando El Católico o Sagasta. Pasaron dos decenios hasta que llegaron nuevos aparcamientos bajo tierra.