La búsqueda de una atención cardiológica más individualizada es el reto del proyecto Personalised In-silico Cardiology (PIC), conseguido por la profesora titular e investigadora en el I3A, Esther Pueyo.

«Nuestro objetivo es lograr una herramienta que facilite la labor de los cardiólogos a la hora de tomar decisiones y decidir tratamientos», explicó. Por este motivo, el departamento trabajará en el desarrollo de herramientas matemáticas y computacionales para modelar la fisiología cardiovascular en sujetos sanos y pacientes con enfermedades cardiovasculares y evaluar distintas formas de terapia.

El PIC formará a 15 investigadores en diversas universidades europeas y cuenta con 3.9 millones de euros, de los cuales 250.000 euros corresponden a la Universidad de Zaragoza. «El reto que tenemos sobre la mesa supone mezclar lo experimental, lo clínico y lo computacional para buscar mejoras directas en los pacientes», indicó Pueyo.

La red está coordinada por el King’s College de Londres y en ella participan siete universidades, así como otras nueve organizaciones no académicas, entre las que se incluyen las empresas IBM, Medtronic y Janssen Pharmaceutica o el hospital John Radcliffe, algo que supone una oportunidad de cara a sus usos inmediatos y la aplicación práctica de los descubrimientos.

Pueyo también espera que los avances en el proyecto liderado por Pablo Laguna puedan servir al desarrollo del MY-ATRIA y viceversa. «No podemos negar que cualquier avance supone un trabajo en común», indicó.