"Aquí hay mucho paro, porque la construcción está paralizada. Y esto ha venido muy bien", explicaba el hijo de la lotera de Grañén, César Oriol, quien admitía que no se habían guardado ningún décimo del número. "Me alegro porque hay gente necesitada, familiares y amigos a los que les ha tocado", añadía.

Pero no es la primera vez que María Pilar Azagra entrega un premio en los 26 años que lleva abierto su negocio. "Hace mes y medio una sola persona de Grañén ganó una bonoloto. También he dado un primer y segundo premio de la lotería nacional del sábado y otro de Navidad. Pero esto es otra cosa", aseguraba.

En iguales términos se expresaba el primer edil del municipio, Carlos Sámperiz, quien consideró que la lluvia de millones servirá para inyectar "moral" el próximo año. El alcalde aseguró que lo que más le "llena" de todo esto es que la suerte ha llamado a la puerta de muchas familias con dificultades y añadió que, personalmente, conocía casos de personas que jugaban este número que atravesaban serias dificultades económicas. "Al final se ha hecho justicia", sentenció.

Aunque en el municipio monegrino hubo menos agraciados de lo que se pensaba porque se repartió en Sodeto y Tardienta, la felicidad en el pueblo era enorme. El próximo día 5 de enero son las fiestas de San Julián y según el alcalde se reflejará en el ambiente: "Lo vamos a petar". Él no llevaba el número, pero a su novia le han tocado 100.000 euros.