Los médicos de Atención Primaria sufrirán en los próximos años el mayor déficit de efectivos entre los profesionales sanitarios. Así lo advierte el plan de recursos humanos del Salud aprobado este mismo año por unanimidad en la mesa sectorial. El documento alerta de una pérdida de 80 efectivos en Primaria entre los que había a finales del 2015 y los que, supuestamente, habrá en el 2020. De ahí que la Administración haya emprendido iniciativas para contrarrestar esta previsión, como la ampliación a estos especialistas de la opción de prolongar su vida activa y, por consiguiente, aplazar su jubilación.

Los datos expuestos por el Salud indican que en el 2015 había 1.366 médicos de Primaria en plantilla orgánica, que pasaron a ser 1.444 en diciembre y que bajaron hasta los 1.392 en agosto del 2016 (26 más que el año anterior). En cinco años -hasta el 2020- se prevén un total de 322 bajas mientras que 216 residentes se incorporarían a la plantilla, lo que supone una pérdida total de 80 profesionales en este periodo. Y esto en el mejor de los casos, suponiendo que todos los MIR titulados entre 2016 y 2020 se quedan en Aragón y sin ningún otro tipo de bajas que no sean las propias de la jubilación de los profesionales contabilizadas.

MÁS DIFÍCIL TODAVÍA

Además, el problema, si cabe, se incrementa cuando se trata de dotar plazas de difícil cobertura por encontrarse en centros denominados periféricos (hospitales comarcales o centros de salud en pequeñas localidades alejadas de los núcleos urbanos mayores), según expone el Salud en el borrador del plan operativo para la prolongación en el servicio activo del personal presentado esta semana a los sindicatos.

El déficit previsto, que también es especialmente relevante en otras especialidades como Cirugía General (24 efectivos), Radiodiagnóstico (16) o Traumatología (12), «no es exclusivo del sistema sanitario aragonés, sino que se da, en mayor o menor medida, en todas las comunidades autónomas, aunque en Aragón, la extensión territorial y la baja densidad de población lo hacen más significativo», subraya la Administración, que añade, en este sentido, que la generalización del déficit «provoca, además, un efecto pernicioso ya que se produce una competencia entre comunidades autónomas para tratar de atraer a los especialistas a sus plantillas en detrimento de otras comunidades».

CAUSAS

Las razones de este déficit «estructural» son diversas, según el propio Salud. Entre ellas, expone la «interacción de variables tales como la oferta formativa pre y postgrado, la demanda de profesionales y sus flujos entre los diferentes servicios de salud autonómicos, o la distribución de competencias entre la Administración central y las autonómicas».

Además, al mercado laboral de profesionales sanitarios se le exige «una rápida capacidad de adaptación ante determinadas circunstancias como el envejecimiento de los propios profesionales y de la población a la que prestan cuidados, la incorporación de nuevas tecnologías, las demandas crecientes de los cuidadanos de servicios sanitarios que cumplan criterios de calidad y equidad».

Asimismo, también incluye entre estos factores otros relacionados con la actual planificación del sistema, como «la existencia de modelos organizativos de gestión de recusos humanos que establecen límites a la vida laboral o eximen de determinadas actividades, como las guardias, a los profesionales en activo».