Medio millar de agricultores se manifestaron ayer en Quinto, convocados por el sindicato agrario UAGA, para exigir a las Administraciones la limpieza del cauce del río Ebro con el fin de paliar los efectos cada vez más desastrosos de las riadas. Los concentrados, que realizaron cortes simbólicos del tráfico en la N-232, exigieron a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y al Gobierno de Aragón que destinen los presupuestos precisos para extraer la grava y cortar la maleza que se ha ido apoderando del lecho.

«El cauce del Ebro está cada vez más sucio», afirmó Toño Romé, responsable de UAGA en la provincia de Zaragoza, que reclamó la mejora de las motas y un adecuado mantenimiento de las mismas.

«Es un problema que afecta tanto a la Ribera Alta como a la Ribera Baja», agregó Romé, que indicó que «las riadas ordinarias ocasionan graves daños porque el agua se desborda por culpa de los depósitos acumulados en el cauce».

En la concentración intervinieron dos centenares de tractores que se aparcaron a ambos lados de la carretera N-232, a la entrada de la travesía de Quinto de Ebro. Los manifestantes corearon eslóganes y exhibieron pancartas con lemas a favor de la limpieza del cauce. Al final de la marcha se leyó un manifiesto en el que se instaba a las administraciones con competencias en la materia a proceder a retirar los materiales que se han ido amontonando en el fondo y las márgenes del Ebro.

Este acto de protesta estuvo precedido, en la jornada de ayer, por una reunión de alcaldes de la Ribera Baja en la que se acordó la creación de un grupo de trabajo que defienda los intereses de agricultores y ganaderos ante la Confederación Hidrográfica del Ebro.

«Se da la circunstancia, debido al abandono del cauce, de que cada vez harán falta motas más altas para evitar desbordamientos», declaró el responsable de UAGA en la provincia de Zaragoza. Ya no es una cuestión de mantenimiento de los diques, que también están necesitados de mejoras, sino de hacerlos más altos y sólidos.

CONTRA EL DRAGADO / Esa no es la solución ideal, mantienen los sindicatos agrarios, que abogan ante todo por despejar el cauce, sin necesariamente dragarlo. También hacen hincapié en el corte de la maleza que, en las épocas de escaso caudal, invade las zonas que quedan al descubierto y que, con el paso de los años, conforma una auténtica barrera al retener ramajes y troncos arrastrados por la corriente.

En la manifestación se hizo hincapié en que no se ha llevado a cabo una reconstrucción exhaustiva de las motas, que ya sufrieron muchos daños en las sucesivas riadas del 2015 y volvieron a tenerlas en abril del pasado año, «pese a que se trató de avenidas de carácter ordinario».