La Feria del libro de Zaragoza arrancó ayer presentando importantes novedades de localización y horario. Por primera vez en su historia, la feria se ubica en la plaza del Pilar, en lugar de en la plaza Aragón, donde tradicionalmente se había localizado la cita anual con la literatura.

Además, los días de feria se han visto reducidos de nueve a cinco con el objetivo de facilitar la asistencia a las casetas por parte de las librerías, que durante pasadas ediciones se veían obligadas a mantener personal tanto en la feria como en el propio establecimiento por un tiempo «excesivo» según manifestaron algunos responsables de las librerías. Ambas decisiones fueron tomadas durante una votación que compiló las opiniones de todas las librerías y editoriales de la ciudad.

Sergio Navarro, presidente de la Copeli (Comisión Permanente del Libro), aseguraba ayer encontrarse «emocionado por la decisión» ya que defiende que «la plaza del Pilar es el centro neurálgico de la ciudad, y por lo tanto el lugar adecuado para una feria de este calibre».

Sin embargo, Ángel Gálvez, secretario de este evento cultural, manifestaba su preocupación por que «algunos despistados» no se hayan enterado del cambio de localización, aunque tenía claro que la campaña publicitaria ha sido exhaustiva y que nadie puede alegar desconocimiento.

Gregorio Calvo, comercial de la editorial Prames, se mostraba cauto a la hora de valorar los cambios: «Aún no sabemos si estas medidas van a ser una mejora, estamos en un lugar más turístico, pero la accesibilidad es más reducida a causa de la lejanía de la parada del tranvía». A su vez, Pedro Melús, gerente de la editorial Edelvives apuntaba que el calor puede suponer un problema ya que la plaza del Pilar puede alcanzar temperaturas muy elevadas en esta época del año.

Por otro lado, el escritor zaragozano Miguel Ángel Yusta, valoraba la decisión como «positiva, positiva y positiva» ya que «se trata de una feria más concentrada, más paseable y con menos ruido y tráfico» si bien recalcó que «una cosa es pasear y otra cosa es comprar libros». La tónica general entre los responsables de las casetas era de cautela total, pues entienden que todavía es pronto para valorar las medidas tomadas y que habrá que esperar al domingo para calibrar la efectividad de las mismas.

A pesar de la reducción de días, la feria aglutina este año un total de 67 casetas, 15 más que la edición del año pasado, en las que un total de 49 expositores acogerán más de 300 firmas. Además, el certamen ofrecerá más de 70 actividades y presentará 6 escenarios expositivos, a saber: el museo Camón Aznar, la sala de exposiciones del ayuntamiento, El Foro Romano, el Jardín de Editores, el escenario de la feria y el Café Botánico, que ofrecerá mañana un evento de booktubers.