Un año después del inicio de la guerra de Irak, decenas de miles de ciudadanos salieron ayer de nuevo a la calle para protestar contra la ocupación militar del país árabe. A pesar de que el mal tiempo deslució la jornada en el norte de Europa y que las manifestaciones fueron menos multitudinarias que las convocadas hace un año, cuando la guerra era ya inevitable, en ciudades como Roma, se llegaron a congregar, según los organizadores, hasta un millón de personas en protesta por el alineamiento del Gobierno de Silvio Berlusconi con la política exterior de EEUU.

Los manifestantes italianos desfilaron por las calles colindantes al centro histórico de Roma para terminar en el Circo Máximo. Una enorme pancarta en español en la que se leía "No a la guerra y no al terror" abrió el desfile. Entre los convocantes no se encontraba ningún político de centroderecha, que apoya la decisión del primer ministro, Silvio Berlusconi, de participar en la ocupación de Irak.

El colectivo de parados de Nápoles desfiló con una gigantesca reproducción del Guernica de Picasso y muchos inmigrantes marroquís, ecuatorianos y filipinos se unieron espontáneamente a la marcha. Los empleados de los ferrocarriles italianos construyeron una locomotora en homenaje a las víctimas de los atentados de Madrid. Un grupo de unos 200 militantes antimundialización se manifestaron cerca del domicilio de Silvio Berlusconi y frente a la sede romana de los Democrátas de Izquierda (DS).

La jornada de protesta en el Reino Unido comenzó a primera hora de la mañana, cuando dos hermanos, Harry y Simon Westaway, militantes de la organización ecologista Greenpeace, escalaron la torre del reloj del Big Ben. A una altura de 45 metros, desplegaron una pancarta en la que se leía: "Es la hora de la verdad". Los dos hombres se entregaron a media tarde a la policía, que investiga lo que considera un alarmante fallo en el dispositivo de seguridad de la capital británica.

Decenas de miles de británicos participaron en manifestaciones convocadas en varias ciudades del país. En Londres, unas 25.000 personas según la policía, 100.000 según los organizadores, desfilaron desde Hyde Park hasta la plaza de Trafalgar. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, fue uno de los políticos que tomó la palabra al final de la marcha, momento en el que se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados de Madrid.

En Alemania, en cambio, la lluvia y el tiempo desapacible deslució las manifestaciones de protesta contra la ocupación de Irak. Los actos se desarrollaron de forma pacífica y los más ruidosos tuvieron lugar junto a las bases militares estadounidense de Landstuhl y Ramstein, utilizadas por el Ejército de Estados Unidos en las operaciones militares en Oriente Próximo. La baja participación marcó la jornada de protesta en ciudades como Hamburgo, Colonia, Dusseldorf, Bochum, Fráncfort, Stuttgart y Berlín.

SOBERANIA IRAQUI Unas 3.500 personas se manifestaron ayer por el centro de Bruselas, a pesar del mal tiempo y la lluvia, para protestar contra la ocupación militar de Irak por las fuerzas norteamericanas y sus aliados. Los manifestantes proclamaron el derecho a la autodeterminación y soberanía de Irak, reclamaron la retirada de las tropas de Irak y rechazaron cualquier colaboración del Gobierno belga con las fuerzas ocupantes. La manifestación fue relativamente poco concurrida porque tuvo que competir con una gran concentración de 20.000 personas para reclamar al Gobierno una política social más generosa, convocada por los sindicatos en la ciudad costera de Ostende, donde el Ejecutivo belga celebra una reunión extraordinaria este fin de semana.

En Nueva York, los organizadores esperaban ayer congregar a al menos 50.000 personas para protestar contra la guerra. La marcha neoyorkino era el pistoletazo de salida para dos centenares de actos de protesta que habían sido convocados durante la jornada de ayer en EEUU. En otros puntos del globo, desde Australia y el Lejano Oriente hasta Chile, pasando por Jordania o Egipto, también se celebraron manifestaciones de protesta en contra de la ocupación militar de Irak.