En la propuesta de debate que presentó la ministra de Educación, María Jesús Sansegundo, hace ya más de un mes, el Gobierno central dejaba la asignatura de Religión más o menos como estaba en la LOGSE: los centros tienen el deber de ofertarla, es evaluable, pero no computa para hacer media en el expediente. Además, la alternativa para los alumnos que no opten por Religión seguirá siendo más o menos igual. En la actualidad, hay centros que optan por dar estudio a los escolares, otros imparten algunas clases relacionadas con la formación en valores y otros dejan a los jóvenes que jueguen en el patio.

Este escenario no satisface a las asociaciones de padres católicas, que consideran que de esta forma no se profundiza en el conocimiento de la religión y la asignatura, al no computar, acaba siendo una ´maría´ que todos los alumnos superan sin ninguna dificultad.