No hace falta estar en una crisis como esta para que los negocios pequeños se cierren por falta de relevo generacional. Siempre se ha dicho que los primeros crean el negocio, los segundos se enriquecen y los terceros lo cierran. Como las empresas familiares. De hecho son muchas las ocasiones en que las instituciones políticas y organismos como las cámaras han dicho que hay que aunar esfuerzos para ayudar a estas economías autónomas. Ahora es más preocupante, pero la pregunta es por qué hay que seguir reclamando lo mismo de siempre.