El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, anunció ayer que pedirá al Senado la relación de viajes que realizó a Canarias durante su etapa como senador y que devolverá "hasta el último céntimo". De esta manera, el dirigente del PP espera acallar el escándalo por los 32 viajes personales que realizó a Tenerife en un año y medio a cargo del Senado para visitar a Olga María Henao, con quien entonces mantenía una relación. Precisamente la misma que hasta hace poco ha sido la novia del diputado turolense Carlos Muñoz, quien ha dimitido por cargar al Congreso unos 14 viajes a Tenerife para ir a visitarla.

Así lo dijo ayer en la clausura de las jornadas del PP sobre "estabilidad y buen gobierno en las comunidades autónomas" que se celebraron en Cáceres, a donde acudió el presente Mariano Rajoy. En su intervención, Monago, que no aclaró suficientemente qué hizo en sus viajes privados a Tenerife, pidió "a todas las personas de buena fe" disculpas por sus errores, "que seguro que han sido muchos", tras lo que afirmó que es una persona "honrada y trabajadora", que "ama profundamente" a sus paisanos. Y, quizás en relación a las querellas que el viernes aseguró iba a presentar, advirtió de que no va a callarse "nunca" y va "a seguir peleando".

Las explicaciones debieron bastar a Mariano Rajoy, ya que salió en defensa de Monago. El presidente del Gobierno subrayó que su Ejecutivo está "en plena sintonía" con el proyecto de José Antonio Monago en Extremadura y, añadió, que todo el Partido Popular "también". Y, por si había alguna duda, repitió que el presidente regional "cuenta con el apoyo de todos" en el PP.

Rajoy expresó con una contundencia y seguridad poco habitual su apoyo a Monago tras la polémica de los viajes del ahora presidente autonómico cuando era senador. Y, en clave electoral, se mostró además convencido de que el PP revalidará el Gobierno de la región en los próximas comicios: "Los extremeños van a pedir que nos quedemos y nosotros nos vamos a quedar".

CASCO DE BOMBERO

Ante tal cantidad de alabanzas, Monago, visiblemente emocionado, vio interrumpido su discurso por el exalcalde de Badajoz y presidente de honor del PP de Extremadura, Miguel Celdrán, que, armado con un casco de bombero --profesión que Monago ejerció en el pasado-- expresó su solidaridad con el líder extremeño y resaltó su "honradez". De esta peculiar forma Celdrán se saltó el protocolo del acto de clausura y le robó la palabra a Monago para expresar "el orgullo de muchos extremeños de tenerle como presidente" y la "suerte" de tenerle en el poder y "como amigo y compañero".

Sin soltar el casco de bombero, añadió que Monago es una persona "trabajadora, íntegra, llana y sencilla".

DEFENSA ABIERTA

El exalcalde de Badajoz aseguró que van a hacer del casco "un símbolo de la protección de Extremadura", porque la comunidad, dijo, necesita a Monago. El auditorio, con el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, entre los asistentes, recibieron con aplausos las palabras de Celdrán. Todo el auditorio se volcó en apoyar la figura política de Monago.