A partir del año 2008 parecía que el servicio de alquiler municipal Bizi iba a convertirse en la alternativa mayoritaria en la movilidad ciudadana. Sin embargo, diez años después de su puesta en marcha el número de personas inscritas ha bajado lo suficiente como para que opciones como las motocicletas de alquiler tomen la delantera. Y eso a la espera de que otras empresas que ofrecen servicios similares, tanto con bicicletas como con coches, confirmen que finalmente se instalarán en la ciudad aragonesa.

El servicio Bizi se vio afectado por la crisis tras un inicio meteórico. Durante meses la lista de espera para conseguir un abono fue muy superior a la oferta, algo que ha cambiado en la actualidad. Según los últimos datos proporcionados por el Ayuntamiento de Zaragoza las bicicletas de alquiler tienen unos 24.000 abonados, muy lejos de la cifra de los casi 39.000 que había en el 2012. Fue la prohibición de circular por las aceras, los conflictos de convivencia con los coches y la lentitud en su expansión a los barrios las causas de este descenso abrupto.

Una tendencia contraria está notando la empresa de alquiler de motos eléctricas Muving, que ya alcanza el mismo número de abonados. Tras un inicio con 50 vehículos en la actualidad se pueden encontrar en las calles de la ciudad unos 200 aparatos. La última expansión les permite llegar al centro comercial Puerto Venecia, así como a varios polígonos y a Santa Isabel. «Tenemos planes para seguir con la expansión en función de la demanda», indican fuentes de la empresa.

Aunque la empresa nació en el 2017 ya cuenta con presencia en 11 ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Córdoba, Valencia, Murcia y Alicante) y en Atlanta (EEUU). Con la aplicación instalada se pueden alquilar motos en cualquiera de ellas.