Ni un pelo se le movió cuando se presentó como la garante del Estado de bienestar, ni un pelo cuando confundió el magnífico trabajo del personal sanitario con su gestión, y por supuesto ni un pelo se le movió ante lo que no dijo, lo que calló, los numerosos recortes de los servicios públicos. Rudi vive en su mundo, sigue sin enterarse de que, más allá de la propaganda y del argumentario de la FAES, miles de familias lo están pasando mal, cada vez peor y sin esperanza. Decir que mantener la financiación básica a la universidad es una muestra de la importancia que se le concede es ofensivo. Las medidas propuestas son esperpénticas: se inventan las comarcas y ahora hay que reducir los diputados. Díganos cuánto cobra además de su sueldo de presidenta y luego nos hable de regeneracionismo. Mucho alcanfor y mucho cinismo.