El joven de 20 años que el pasado miércoles por la noche tuvo un accidente con un coche en un cruce de la avenida San José de Zaragoza falleció ayer de madrugada en la unidad de cuidados intensivos del Miguel Servet. Eduardo D. A. R. fue ingresado en el centro médico desde el primer momento con pronóstico "extremadamente grave", según fuentes sanitarias, y finalmente no pudo superar el traumatismo craneoencefálico que sufrió tras la colisión.

La Policía Local todavía investiga las circunstancias exactas del siniestro, que se produjo a las 22.45 horas del miércoles. Según los primeros testimonios recabados, el coche se incorporaba desde la travesía Puente Virrey, y el joven circulaba por el carril bus de la avenida San José. Algo que está prohibido, aclararon fuentes policiales, pero que según los vecinos y colectivos ciclistas consultados es muy habitual, dado que la calle no tiene carril bici ni calzada convencional que vaya en el sentido de la del bus.

INVESTIGACIÓN

Los investigadores aún tratan de esclarecer si el conductor pudo tener alguna responsabilidad en la colisión que finalmente ha resultado mortal. Por ahora no han trascendido indicios de que así fuera, pero faltan numerosos trámites para cerrar el atestado, insistieron las citadas fuentes policiales.

El joven se convirtió en la segunda víctima mortal de accidente de tráfico en lo que va de año, tras el fallecimiento de un hombre de 70 años por atropello de motocicleta, también en San José, pero en la calle José Galiay, cuando cruzaba fuera de cualquier paso de peatones.

Por deseo de la familia, según fuentes consultadas, los órganos del joven fueron donados y la autopsia únicamente confirmó el traumatismo como causa.

Hacía seis años que no trascendían muertes de ciclistas en la capital aragonesa, pese al aumento progresivo de su uso. De hecho hay colectivos que vinculan la mayor presencia de estos vehículos en la ciudad con la reducción de accidentes, al ser todos más conscientes de su presencia. Obviamente hay comportamientos incívicos en todos los colectivos implicados en la seguridad vial --conductores, peatones, ciclistas, etc.--, pero las cifras parecen dar la razón a los que ven beneficios en la mayor circulación de ciclistas en cuanto a la reducción de la siniestralidad.

Al menos según las estadísticas que figuran en la web del Ayuntamiento de Zaragoza, los accidentes con bicicletas implicadas llevan dos años descendiendo, con los últimos datos del año pasado. Así, tras aumentar en el 2012 (de 197 a 217), y ligeramente al año siguiente (219), en el 2014 cayeron hasta los 206 y el año pasado lo hicieron aún en mayor medida, hasta quedarse en 177.

De ellos, los que se saldaron con ciclistas heridos se mantuvieron en niveles muy semejantes --en torno a los 200-- entre el 2012 y el 2014, pero el año pasado experimentaron un notable descenso, cayendo a los 160 en todo el año.

Son menos de un 10% de los casi 1.500 accidentes con heridos que se produjeron en la ciudad, aunque el porcentaje es superior al que teóricamente representan en el parque móvil de la ciudad. Fuentes municipales calcularon que existen unas 150.000 bicicletas en Zaragoza, y un 5% de los desplazamientos diarios de los vecinos se realizan con este medio de transporte. Aunque las mismas fuentes admitieron que se trata de estimaciones, ya que el registro de bicicletas que se puso en marcha hace dos años se ha quedado más en una iniciativa ambiciosa que en una herramienta.