En la negociación de la nueva ejecutiva federal del PSOE hubo contactos hasta bien pasada la una de la madrugada de ayer. José Luis Rodríguez Zapatero fue recibiendo a los jefes de las distintas delegaciones. Su pretensión de reforzar el consejo territorial, pasando a él a los barones, y reducir la ejecutiva, sacando de ella a los responsables territoriales, no cuajó cuando dio cabida en este último órgano a Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Ante ello, el catalán José Montilla también quiso seguir. Y el PSOE de Euskadi. Y el de Canarias. El de Aragón jugó de otra manera. Apostó por una secretaría de área en la ejecutiva y por incluir a una segunda persona en ese órgano. El a la propuesta llegó pasada la medianoche. Lucía Gómez lo supo a la una y veinte de la madrugada.