El general de división Vicente C. Navarro, que encabezó la delegación médica española que colaboró en la identificación de las víctimas del Yak-42, sostiene en un informe elaborado para el Ministerio de Defensa que "todas las cajas de madera" que trajeron a España a los 62 militares fallecidos "iban con su correspondiente llave". "No hubo ninguna reclamación o demanda de identificación, con respecto a los restos, por los familiares que los recepcionaron", señala.

Estas conclusiones llegan después de que se conociera que Defensa no avisó a las familias de la existencia de objetos personales de los fallecidos en los féretros. Objetos que sirvieron para las identificaciones.

No obstante, allegados de las víctimas denunciaron a Europa Press que a la familia de al menos uno de los fallecidos no se le permitió abrir el ataúd y recalcaron que la situación traumática que creó estas muertes hizo que no reparasen en las posibles deficiencias de los trabajos.

Este documento ha sido remitido ahora por Defensa al Congreso de los Diputados. En él se explica el procedimiento de identificación que se llevó a cabo y que duró 36 horas. El equipo español, formado por seis personas, llegó a Trebisonda el mismo día del accidente.

TRABAJOS MEDICOS En el informe se apunta que el "estado de los restos permitía su identificación", a pesar de que en un vídeo de CNN Turquía se veían numerosos cuerpos calcinados. El departamento dirigido por Federico Trillo ha alegado en varias ocasiones que no se practicaron pruebas de ADN "para evitar el mal trago a las familias y porque se habrían necesitado varios días".

Así, según el general, se compaginaron datos del manifiesto de carga y la ficha de filiación traída de España con los obtenidos de "pruebas circunstanciales de los cadáveres, como rasgos faciales, raza, uniformidad, emblemas, documentación, chapas identificativas, efectos personales o ropa". Agrega que los objetos encontrados en los cuerpos fueron depositados, una vez examinados, "en el interior de cada uno de los sacos portacadáveres" por orden de las autoridades judiciales turcas.

Los criterios de identificación fueron "la coincidencia de uno o más de los datos" mencionados y "la utilización de las técnicas de exclusión clásicas". Tras la identificación, se procedió al análisis de las causas de las muertes (necropsia).

El general explica que a las 17.00 horas del 27 de mayo se había completado la identificación del personal ucraniano y de un ciudadano bielorruso no incluido en el manifiesto de carga. Muchos familiares aseguran que este hombre, al que al parecer llamaban El Australiano , trapicheaba con el combustible del avión, lo que reforzaría la contradicción de 1.800 kilogramos de queroseno existente entre el manifiesto y una de las cajas negras.