El abogado Juan Carlos Urcola estuvo a punto de ir por la zona del paseo marítimo después de cenar, pero en el último instante cambió de planes, lo que le evitó verse envuelto en el atentado. «Antes de que ocurriera, había por el paseo marítimo un montón de gente y vi a un mosso, armado con metralleta, que miraba fijamente a quienes paseaban», dice. Tras el atentado, indica, ninguno de sus amigos se ha marchado. Para él, la ciudad «ha recuperado plenamente la normalidad».