No hay niños ni escuela, el silencio reina en las calles y la mayoría de casas están cerradas durante casi todo el año. Ese es el panorama de 71 pueblos de la provincia de Zaragoza que tienen menos de cien habitantes. Entre ellos, Balconchán, en la comarca de Campo de Daroca, donde hay censadas 14 personas pero todavía viven menos, pues algunos están residiendo en Zaragoza por motivos de trabajo.

Ese es el caso de Virginia Saz, que afirma que «vamos todos los fines de semana y en vacaciones». Como muchos ciudadanos en la capital que proceden de pequeñas poblaciones y en verano vuelven para abrir las casas y «dar vida al pueblo». Los pocos que quedan allí son muy mayores y el municipio envejece con ellos, surcando arrugas en el aire y en las fachadas de las casas

Por el contrario, Cuarte de Huerva, con más de 13.000 habitantes, es la localidad más joven de Aragón. «La media de edad es de 31,8 años», afirma su alcalde, Jesús Pérez. Hay más de 400 pequeños en las guarderías y los colegios se quedan cortos para acoger a los que van subiendo.

«Es una alegría ver las calles, hay un enjambre de balones y niños jugando», señala muy satisfecho Pérez. Además, es el municipio de España que más había crecido en diez años según datos del 2012: un 431% y el tercero en población más joven.

Y es que los niños son el mejor indicador de que el pueblo está vivo, no solo por los datos estadísticos, sino también por los correteos, los juegos o las risas que dan a sus calles. La vida.