El gobierno alemán apeló ayer a la búsqueda de una solución constructiva para garantizar el futuro de las plantas de GM en Alemania, aunque puntualizaron que no habrá dinero público para evitar la prevista destrucción de unos 10.000 empleos en el país. "Sólo podemos ofrecer lo que está en nuestra mano", dijo el ministro de Economía, Wolfgang Clement tras la reunión de crisis con representantes sindicales. Clement llamó a las partes implicadas a trabajar en busca de una solución para "garantizar el futuro de las plantas alemanas". El ministro cree que hay que tener en cuenta las repercusiones de un eventual cierre de las plantas del país para el mercado automovilístico.

Según una encuesta, casi la mitad de los alemanes está dispuesto a renuncias salariales a cambio de mantener su empleo.