De las 776 plazas de las que dispone el párking de Salamero, en Zaragoza, más de 300 permanecen cerradas por el «abombamiento» del techo de la estructura el pasado martes. Aproximadamente el 40% de ellas. Son las que corresponden al aparcamiento subterráneo que hay justo debajo de la plaza que le da nombre. El resto de sitios, los que siguen habilitados para su uso, son los que se sitúan debajo de la avenida César Augusto. Ambos parkings están conectados y conforman una sola unidad a efectos prácticos.

Por el momento, según los habituales de la zona, no ha habido problemas para aparcar en el lugar a pesar de la disminución de los sitios. En el cartel de entrada al subterráneo pone libre a casi todas las horas del día, y los vecinos de la zona, por el momento, dicen sentir más curiosidad que preocupación.

Rafael, el dueño del quiosco de flores situado en la misma plaza, se asoma de vez en cuando a las obras para ver cómo van los trabajos de vaciado de los parterres, que comenzaron anteayer. Por el momento, nadie le ha comunicado nada. Parte de la plaza sigue cerrada para los peatones, pero asegura no haber notado un descenso en las ventas. «Beneficiar está claro que no nos beneficia, pero lo tendrán que arreglar. Tenemos que colaborar», decía ayer.

NADIE DICE NADA

En la zona, los dueños de los establecimientos no han recibido información «por parte de nadie». «Lo que sabemos es por la prensa, de momento no se nota que haya menos gente ni nada. Eso sí, pedimos celeridad y que no se carguen los árboles de la plaza. Llevamos 25 años viéndolos crecer», comentaba el dependiente de una tienda de ropa.

Por contra, otro comerciante de la zona sí que afirmaba notar un descenso en el nivel de sus ventas «y eso que solo han pasado tres días». Comentaba que un cliente, preocupado por el cierre del párking, le llamó para pedirle que le enviara un pedido a domicilio, a pesar de que más de la mitad de las plazas siguen abiertas. El mismo comerciante posee además un bono de aparcamiento mensual en Salamero. «A mí, de momento, la empresa no me ha dicho ni mú», aseguraba.

También posee dos bonos de párking mensual Luis Fernando Fernández, propietario de Comercial Algodonera, una tienda que está en la misma plaza Salamero. Explica que el bono no te da derecho a un sitio fijo, sino que cada día aparcas «en el primer sitio que encuentres». En jornadas especiales, como puede ser el día del Pilar, sí que se suelen reservar una serie de plazas para los abonados. «No nos ha dicho nadie nada. Y la gente tampoco se entera bien, porque se cree que está todo cerrado. De todas formas, se nota que hay más coches en la zona, aunque problema para encontrar sitio no hay», decía refiriéndose a la zona del aparcamiento que permanece abierta.

MUCHO MOVIMIENTO

En la inmediaciones, varios hoteles ofrecen a sus huéspedes la posibilidad de aparcar en Salamero. Fuentes consultadas admiten que, a pesar de la gran cantidad de clientes que aportan a la concesionaria que explota el aparcamiento, tampoco han recibido ningún tipo de notificación por parte de Índigo. Los porteros de los bloques de pisos de la zona, a pesar del cliché que les acompaña de conocedores de todo lo que les rodea, no saben mucho más tampoco. «Puede afectar porque aquí hay muchas oficinas y mucho movimiento, pero no te puedo decir más. Lo que sé es lo que he leído en la prensa», chivaba uno de ellos.

Desde la Asociación de Vecinos de la Puerta del Carmen, su presidenta, Marisol Pardos, define la situación como «fastidio». «Muchos edificios por aquí no tienen garaje y si las obras duran, puede llegar a notarse mucho», concluía.