"No he podido salvar a mi esposa. Yo no estaba en la barca, pero cuando vi lo que ocurría traté por todos los medios de ayudarla. Ahora, ella (Bedrie Niazi) está muerta y aquí tengo sus papeles. ¿Quién me puede ayudar? Necesito dinero para repatriarla y la embajada está cerrada porque se celebran tres días de fiesta nacional. ¿Qué puedo hacer?", se preguntaba ayer tarde en Fraga Gyunaydan Ali. Ellos viven en España desde hace tres años con sus dos hijos.

Junto a él, y desesperado, se encontraba uno de los familiares del matrimonio también fallecido en la tragedia, que ha dejado huérfanos a un bebé y a un menor de nueve años. "No tengo los 12.000 euros que se necesitan para repatriar los cadáveres de mi hermano y su mujer. ¿Quién me puede dar un crédito? ¿Adónde tengo que dirigirme?", añadía mientras era consolado por su mujer. "Nosotros tenemos un hijo, pero nos haremos cargo de los dos niños de mis cuñados en cuanto el Gobierno aragonés nos dé la tutela de ambos. No tenemos dinero, pero esperemos que nos den algo para los niños", decía ésta.

Y es que las prisas les apremiaban después de conocer que el plazo para embalsamar los cadáveres --necesario para su traslado a Bulgaria-- es de 72 horas. Si no, habrá que proceder al enterramiento o incineración. Ayer, a las diez de la mañana ya estaban montando guardia en el tanatorio de Caspe, en donde los médicos forenses realizaban la autopsia a los tres cadáveres; después declararon en el Juzgado de Instrucción número 1 de Caspe.

"El problema es que ellos eran unos trabajadores con los papeles legalizados en España, por lo que nuestro país no tiene la obligación de extraditarlos", afirmaba,

Desde que sucediera la desgracia, en la tarde del domingo, los familiares y allegados de los fallecidos han vivido un trajín de idas y venidas que se notaba en el cansancio de sus caras. Conocer lo que costaba trasladar los cuerpos de sus familiares les obligó a una carrera, infructuosa hasta ayer, de búsqueda de dinero y, sobre todo, de alguien que les aconsejara.

"Si hay alguien que pueda ayudarnos, que se ponga en contacto con nosotros", pedía uno de ellos en castellano a la par que se negaba a hacer ninguna declaración de lo sucedido porque así se lo había obligado el juez.

En su país, Bulgaria, la noticia también fue acogida con tristeza. El corresponsal del diario TRUD en la región de Silistra, Yulian Zhelev, se hacía eco de la muerte de Bedrie Niazi, residente en el lugar. "La familia de esta mujer ha sufrido muchas tragedias. Su padre falleció hace unos años en un incendio; su hermano se suicidó en la capital, Sofía, saltando de un balcón, y su madre ha sido operada del estómago recientemente. La razón por la que Bedrie y su marido, de etnia gitana, fueron a España es que vivían en una tremenda miseria en Bulgaria", aseguraba. Asimismo, con respecto al matrimonio fallecido, el periodista Momchil Indjov, del mismo diario, informaba ayer que el muerto, Nezhdi A. S., era de origen turco.