La manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana (SCC) contra la declaración unilateral de independencia (DUI) y a favor de la unidad de España celebrada ayer en el centro de Barcelona fue el primer acto de campaña para las anunciadas elecciones del 21-D. La imagen de un frente común de los tres partidos denominados constitucionalistas, el PSC, Ciutadans y el PPC, fue una muestra de unidad frente a las maniobras del Ejecutivo de Puigdemont, aunque descarten en este momento concurrir conjuntamente a los comicios.

Bajo el lema Tots som Catalunya. Per la convivència, seny!, la cabecera ha sido protagonizada por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el líder del PPC, Xavier García Albiol, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la líder en Cataluña, Inés Arrimadas. Pero esta vez, también se situaron en las primeras filas dirigentes socialistas como Miquel Iceta, junto a la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, un hecho inédito hasta ahora. También se vio al exministro del Interior del anterior Gobierno de Rajoy, Jorge Fernández Díaz.

Como siempre, guerra de cifras para medir fuerzas. Según la Guardia Urbana de Barcelona, 300.000 personas se manifestaron a favor de la unidad de España, pero los organizadores elevaron la cifra hasta un millón de personas más. La Delegación del Gobierno, por su parte, cifró también en un illón los concentrados en el paseo de Gracia. «Ya veremos cuántos somos en las urnas», espetó la vicepresidenta de Sociedad Civil Catalana, Miriam Tey, desde el escenario, después de teatralizar un mareo irónico que le producía ver doble.

De todas formas, los asistentes consiguieron dibujar un mar de banderas españolas, senyeres e insignias europeas a lo largo del céntrico paseo barcelonés. El retumbe constante de Y viva España de Manolo Escobar, así como diferentes rumbas de Peret, convirtieron la convocatoria en una acto festivo en el centro de la ciudad condal. Eso sí, «Puigdemont a prisión», volvió a ser uno de los cánticos más escuchados, que esta vez se combinaron con «Viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley» y «España unida, jamás será vencida».

Y tras el giro político de estos últimos días, los manifestantes se reapropiaron del «Votarem» que entonaban los independentistas para defender el 1-O y llamar a acudir a las urnas el 21-D. «El día 21, votaremos de 1 en 1», enfatizaron.

JUNQUERÓLOGO / El exministro socialista y expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, se alzó como el gran orador de la jornada (también ocurrió en la concentración del 8-O). Dedicó buena parte de su discurso a arremeter contra el cesado Carles Puigdemont «por hablar en nombre de todos los catalanes», contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a quien tachó de «emperatriz de la ambigüedad» y contra el exvicepresident Oriol Junqueras, a quien calificó de «totalitario absoluto».

«Me he convertido en un junquerólogo», aseguró Borrell, para condenar después que el dirigente republicano «apretara» a Puigdemont cuando «había un acuerdo que evitaba una DUI y el 155». «Espero que la justicia haga pronto su trabajo y pida responsabilidades a todos los que están haciendo este daño a Cataluña», espetó, antes de añadir que las elecciones previstas para el 21-D son una «oportunidad de oro» para revertir la situación política «dramática» y «tremendamente difícil y peligrosa» de la historia de Cataluña. Josep Borrell defendió que la aplicación del artículo 155 «no es un golpe a la democracia sino un instrumento para reponerla» y llamó a modificar la Constitución.

También cosechó unas cuentas ovaciones el exsecretario general del Partido Comunista de España (PCE), Paco Frutos, quien realizó un apasionado discurso en el que aseguró que los nacionalismos «destrozan el mundo» y criticó a la izquierda «que le baila el agua a los nacionalistas». Asimismo, se erigió como un «botifler» por asumir su papel de «traidor a las mentiras, a las historietas que se inventan cada día desde 1714 y contra el racismo identitario que se está creando».

EL FÉRETRO DEL ‘PROCÉS’ / El presidente de SCC, Mariano Gomà, agradeció al Ejecutivo de Puigdemont «que haya cerrado este triste capítulo de la historia y enterrado bajo llave el procés» proclamando la independencia y pidió que la justicia actúe «para poner a cada uno en su lugar». «Ya ha pasado el féretro con el cadáver del procés», sentenció.

En el comunicado difundido por la organización con motivo de la cita de ayer, SCC mantiene que las elecciones autonómicas son «una gran oportunidad» para «restaurar la normalidad institucional». «Abren el escenario a un renovado pacto que recupere unas instituciones autonómicas reforzadas y prestigiadas y que nos permita lograr una Cataluña unida, sin vencedores ni vencidos», sostienen. La entidad apeló a la unidad de la sociedad civil no independentista y los partidos constitucionalistas para reivindicar que «las calles son de todos y no de los independentistas».