Quizá aún aturdidos por la noticia del crimen de Naiara, o por el foco mediático puesto en una localidad habitualmente tranquila, no muchos vecinos de Sabiñánigo se animaban ayer por la mañana a pasear por las calles de la localidad, pese al buen día que hacía. Los que lo hacían tampoco querían comentar mucho de lo sucedido, más allá de la sorpresa y sobre todo la indignación que ya hicieron patente con la concentración que, anteayer a mediodía, reunió a 600 de ellos frente al ayuntamiento.

Las banderas de este seguían ondeando a media asta ayer, dentro de los dos días de luto oficial que terminarán a las 12.00 horas de hoy. El duelo durará más, porque el suceso, explicaba un viandante, «no se puede creer. Esto no tiene nombre, una niña tan pequeña», lamentaba.

Otra vecina admitía que en el pueblo, «pregúntele a cualquiera», no se tenía muy buen concepto del detenido, sobre todo a raíz de algún episodio de robos en casas. Pero nadie le había relacionado nunca con delitos violentos, y menos de este tipo, «¿esto quién se lo iba a imaginar?».

El desenlace ha caldeado los ánimos del pueblo, hasta el punto que esta vecina se congratulaba del envío a prisión, no solo por el castigo preventivo, sino por su propia seguridad. «Tal como estaban ayer los jóvenes de aquí, más le vale que le hayan detenido, porque si le dejan suelto por aquí no se lo que le podría haber pasado», advertía la mujer.

El sentimiento no era único, y un buen número de personas aprovecharon que el detenido tenía abierto el acceso público a su perfil en la red social Facebook para dejarle toda clase de malos deseos para su estancia en prisión y amenazas en forma de comentarios.

Entre varios vídeos colgados de la formación ultraderechista Unidad Nacional, los comentarios alusivos al crimen se remontaban hasta las publicaciones del 2016. En una de ellas, de forma un tanto críptica, Pardo se refería a una componente de su familia «recibida con los brazos abiertos» que con el tiempo se había vuelto «prepotente» y «sinvergüenza» con los nuevos miembros de la familia. Y advertía a su interlocutora desconocida que «yo defiendo a los miembros que son de mi familia a muerte», terminando con un «ojo por ojo, diente por diente».

La familia del padre biológico de la menor, entre Argentina y Chile, exhibía mensajes de condolencia y se espera la presencia de alguno de ellos en el funeral, que no está claro si se celebrará finalmente hoy.