El paro está golpeando con tanta fuerza los cimientos del sistema productivo que incluso en los sectores más especializados es complicado encontrar un empleo. Óscar Alba, que lleva más de 12 años trabajando en diferentes empresas de restauración de fachadas y trabajos en altura, es un claro ejemplo de ello. Aunque solo lleva 15 días en el desempleo, su último contrato fue de obra y servicio en una compañía de Bilbao. "En el País Vasco hay bastante curro de lo mío, pero no me quiero ir fuera porque aquí tengo a mi familia", lamenta este zaragozano de 42 años, que no es la primera vez que está en paro. "Hace un tiempo estuve casi seis meses y fue duro, así que no quiero ni pensar la gente que se pega años", apunta Alba, que tiene un hijo.