Es el destino quién nos lleva y nos guía, nos separa y nos une a través de la vida. Esta es la frase, extraída de una canción de Amaral, que en el WhatsApp de Rebeca nos daba la bienvenida. Ahora nos ha unido mucho más, para siempre.

Incansable luchadora por los derechos de todos, desde el Servicio de Orientación Penitenciaria ha defendido, con la mejor de las sonrisas, lo más indefendible hasta el final de sus días. Sin entender ni descubrir la cercanía de la traición que le arrebató la vida.

Mil historias y recuerdos nos acechan a todos los compañeros abogados de Zaragoza, sentimos muy cerca el dolor por la amiga, nos solidarizamos con su familia y sentimos la sinrazón, pero no reblaremos. El Turno de Oficio te pone, a cada instante, en la necesidad de templar tu corazón y tu propia conciencia, con ese ilimitado derecho a la defensa que no tiene más límites que el buen hacer profesional. Rebeca lo llevaba hasta el final, buscaba y rebuscaba entre la jurisprudencia y la ley todo aquello que podía beneficiar a sus clientes. Nunca cejó en el empeño, siempre discurriendo y siempre sonriendo.

Su sentido del humor le permitía encontrar la salida más ingeniosa para cada guardia. Una todoterreno, siempre lista. Aunando y transmitiendo, en cada instante, los valores del trabajo, el esfuerzo, el tesón y el compañerismo.

Jamás sintió el desánimo y nos animó a respetar el silencio de la reflexión, descubriendo que la Justicia se escribe cada día en el juzgado y en los consejos. La sinrazón de la muerte nos permitirá encontrar el camino para la libertad, la solidaridad, la lucha incansable y el verdadero sentir de la profesión, sin miedo, asumiendo los riesgos y descubriendo que, por encima de todo, está el derecho de defensa.Qué cerca nos ha tocado esta vez la sinrazón, cómo ha roto nuestros corazones amargándonos un despertar tras compartir un montón de preparativos para una fiesta de la que ella era la más ferviente organizadora. Todo se ha truncado pero nada ha terminado.

* Abogado