«Si trabajas todos los días y todos los fines de semana, no hay vida», manifestó Inmaculada González. Como ella, miles de trabajadores denuncian las actuales condiciones laborales, sobre todo en los grandes alamacenes, ya que tienen que trabajar algunos fines de semanas (domingos incluidos) y varios festivos. «Nos quejamos porque nos encantaría que no se abriesen los domingos o que se pagaran las horas como extras», añadió la reponedora que lleva más de 21 años en el sector.

Con un contrato a tiempo parcial, González tiene dificultades para conciliar la vida familiar con la laboral. «No es lo mismo trabajar entre semana que un fin de semana que tienes a los amigos y la familia de fiesta», añadió. Ante esta situación, los trabajadores no tienen otro remedio que no hacer planes de ocio.

Por otro lado, la contratación en el sector se modificó. Antes, Inmaculada trabajaba de lunes a sábado y los domingos se pagaban como extra. Ahora, el horario establecido es de jornadas laborales contínuas de lunes a domingo.

«La fiesta del domingo nos la dan entre semana y el festivo no te lo pagan, pero nos dan un día libre», subrayó. Además, los meses con mayor afluencia de gente en las grandes superficies, los empleados tienen que trabajar más horas. «En estos casos se agrava los domingos», contó la reponedora. Ante esta situación, los aragoneses reclaman que se puedan ajustar los horarios para favorecer la conciliación.