Antonio Asín empezó a salir ayer de un proceso judicial por presunta corrupción que se inició hace cinco años. El alcalde de Mallén ha sido condenado por prevaricación administrativa a siete años de inhabilitación, pero él prefiere ver el lado bueno de su situación.

"Seguiré siendo alcalde de Mallén", aseguró, y con la misma convicción señaló que tampoco abandonará su cargo en la Diputación Provincial de Zaragoza. "La única manera de que dejara al alcaldía sería que el pueblo dejara de votarme como hasta ahora", enfatizó, y recordó que ha salido elegido cuatro legislaturas seguidas, con 8 o 9 concejales de un total de 11.

"En las últimas elecciones locales, tras el registro del ayuntamiento y en pleno juicio mediático, obtuvimos ocho concejales", declaró Asín, para quien faltar al ayuntamiento sería como un reconocimiento de culpa.

"El caso ha quedado reducido a un problema administrativo, a dos facturas destinadas a pagar unos servicios por la comercialización del polígono industrial", subrayó Asín. "La Justicia ha dicho que no ha habido ni cohecho ni falsificación de documentos ni fraude", afirmó.

En su opinión, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón "ha dejado claro que no ha habido corrupción". "Me pedían 12 años de cárcel y no he sido condenado a penas de privación de libertad, y tampoco me han impuesto ninguna multa", destacó.

Él está convencido de que ha sido víctima de una maniobra urdida por una concejala del PP de Mallén, "por cuestiones de enemistad política". Pero es prudente y va a seguir el proceso judicial hasta quedar totalmente absuelto. "Cuando llegue ese momento, se hablará de lo que se tenga que hablar", sugirió, en referencia a una posible solicitud de readmisión en el PSOE.

DAÑOS EN LA IMAGEN

Sus reproches se dirigen también contra el anterior secretario del consistorio, el que ejercía este cargo cuando la empresa Agrovalle decidió instalarse en Mallén. "Habría bastado que planteara una modificación presupuestaria o que presentara un reparo al pleno para que las facturas fueran correctas", declaró.

Para Asín, el largo proceso judicial al que se está viendo sometido, sumado a la presión mediática, están dañando no solo su imagen, sino también la del pueblo de Mallén. "El sábado que viene compareceré ante mis vecinos, en el polideportivo u otro sitio, para rendir cuentas de lo que ha pasado", adelantó.

No tiene ninguna clase de dudas sobre su conducta. Está convencido de que obró correctamente con el fin de que Agrovalle se instalara en Mallén y creara más de 200 puestos de trabajo. Con todo, dice que le ha quedado la satisfacción de que otra empresa se ha ubicado en la misma parcela y ha creado un centenar de empleos.