La reapertura del cuartel Sancho Ramírez es el mayor compromiso del Ministerio de Defensa con Aragón y tanto el PSOE (que gobierna encabezando un tripartito de izquierdas) como el PP van a estar muy atentos a que la instalación vuelva a funcionar en el 2019, como prometió María Dolores de Cospedal, la anterior titular de la cartera que ahora ocupa Margarita Robles. Ambas fuerzas mantienen que el esfuerzo económico que va a hacer la ciudad (cesión de cuatro hectáreas y adquisición a particulares de otras 3,3 por 2,6 millones de euros) merece una respuesta «sin dilaciones».

Esta instalación castrense ubicada en Huesca se cerró al terminar el año 2016, una medida que se consideró definitiva. Sin embargo, las autoridades militares dieron un giro de 180 grados y decidieron que el acuartelamiento se reformaría y ampliaría para acoger el cuartel general de la División Castillejos, hasta ahora situada en la zona de Campamento, en Madrid.

La noticia del cambio de postura supuso una inyección de moral para una ciudad que había visto desmoralizada la marcha de los 250 efectivos de la unidad logística que tenían su sede en la instalación. Finalmente, tras varios de meses con las instalaciones prácticamente vacías, el anuncio de la reapertura fue recibido con alivio y gratitud por la población y sus representantes políticos.

Para Huesca, el Sancho Ramírez constituye una poderosa industria que beneficiará al comercio, a la hostelería y demás servicios y al sector inmobiliario, pues sus efectivos se triplican y pasan a 700 militares. Y, de momento, su puesta a punto requiere una inversión de 10 millones que ya ha empezado, con la vista puesta en que se abran las puertas en el 2019 y esté a pleno rendimiento en el 2020. F. V.