No hace mucho tiempo se criticaba en varios foros la dependencia de Aragón de "la Opel y sus auxiliares" y se abogaba por la diversificación como panacea del desarrollo económico.

Por supuesto que Aragón tiene que diversificar y buscar nuevos sectores que complementen su actual modelo productivo, pero también debe seguir fomentando la especialización en un sector generador de riqueza y empleo (alrededor de 20.000 trabajadores directos entre GM y los fabricantes de componentes), donde presentamos una serie de ventajas competitivas que pueden hacer que Aragón se convierta en el hub de la industria de automoción en el sur de Europa: estabilidad laboral, trabajadores cualificados en todos los niveles, talento, innovación en procesos productivos, y una envidiable posición logística que nos permite tener un mercado potencial de casi dos millones de coches fabricados en un radio de 300 kilómetros.

Pero no podemos dormirnos en los laureles: la apuesta debe reforzarse y cubrir los puntos que lastran nuestra competitividad --ausencia de centros de I+D especializados, elevados costes energéticos, una mayor apuesta por la formación-- para que nuestras empresas sigan dando buenas noticias como el inicio de la producción del Mokka.