El sueño de ver recuperadas para uso ciudadano las riberas del río Ebro a su paso por Zaragoza comenzará a ser realidad en el 2005. El ayuntamiento de la capital aragonesa confía en que a lo largo del próximo año se inicien las obras de alguno de los catorce proyectos de adecuación de las riberas en el tramo del río que discurre entre el meandro de Ranillas y los puentes de la Unión y de Manuel Giménez Abad, que deberán estar terminados para la celebración de la Exposición Internacional del 2008. Para lograr ese ambicioso objetivo, el consistorio imprimirá máxima celeridad a todo el proceso administrativo, aunque antes someterá el plan a debate de los colegios profesionales, colectivos sociales y grupos políticos.

La reciente nominación de la capital aragonesa para albergar la Expo ha allanado notablemente la ejecución de esta ambiciosa iniciativa que hasta ahora se había topado con insalvables trabas económicas por su coste elevado: 147 millones de euros. El panorama ha cambiado de forma radical desde el jueves de la pasada semana, fecha en que se hizo oficial la candidatura de la capital aragonesa.

Así, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, al ser preguntado ayer sobre la disponibilidad económica del Gobierno central, despejó las dudas y aseguró contundente: "Va a haber todo el dinero necesario", aunque también agregó no va a ser un cheque en blanco .

PRESENTACION PUBLICA Alonso acompañó ayer al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, al teniente de alcalde de Grandes Proyectos e Infraestructuras, Ricardo Berdié y al gerente del Consorcio Expo 2008, Jerónimo Blasco, en la presentación en rueda de prensa del largo listado de actuaciones que se acometerán los próximos años en las riberas del Ebro. Este plan está incluido en el protocolo de financiación de la Expo 2008 firmado el pasado 26 de noviembre en Madrid por la vicepresidenta del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, y el alcalde Belloch.

Según explicó Berdié, la redacción de todos esos proyectos se encuentra en una fase muy avanzada y está casi finalizada, hasta el punto de que auguró que el año que viene ya se podrán ver las obras en las riberas del Ebro.

Aunque el Ayuntamiento de Zaragoza en coordinación con la Confederación Hidrográfica del Ebro tendrá "la última palabra" en la finalización de los proyectos, el objetivo del consistorio es que su redacción se realice sobre la base de la concertación ciudadana. A partir de la segunda quincena de enero se promoverán reuniones con los agentes sociales y los equipos redactores en el Centro de Historia, con el objetivo de que en el mes de febrero estén cerrados los proyectos para proceder a su adjudicación y al comienzo de las obras, según el teniente de alcalde de Infraestructuras, Ricardo Berdié.

Berdié precisó que el diseño de la adecuación de las riberas responde a dos criterios: compatibilizar la originalidad con el uso lúdico y combinar la calidad de la ribera con la urbana.

ACTUACIONES ESTRELLA Del largo listado de proyectos recogidos en el plan sobresalen por encima de todos el futuro puente del Tercer Milenio, que comunicará la Almozara y el Actur; la construcción de un balcón-mirador sobre el río en la parte trasera de los edificios de la Lonja y del ayuntamiento, la creación de un azud y la transformación del Club Deportivo Helios en una isla rodeada de agua.

Berdié explicó igualmente que el muro de contención del Actur "dejará de ser un muro" gracias a una idea escultórica que contribuirá a mejorar la visión. En otros tramos el paseo se acercará hasta el agua, como en el tramo de Tenerías, donde además se llevará a cabo un desmonte para proporcionar un área soleada, mientras que la zona del actual Club Náutico se convertirá en una prolongación de la plaza del Pilar con la construcción de una "especie" de terraza que sobrevuela el Ebro.

En el Club deportivo Helios, los autores del proyecto apuestan por integrar la parte privada y la pública para permitir el acceso ciudadano hasta la lámina de agua.

Según Berdié, la idea "más arriesgada" y que, remarcó, se haría por consenso es la que han plasmado todos los equipos en sus respectivos trabajos de que el río se convierta en un área central de la ciudad en la que ambas márgenes tengan la misma centralidad, gracias a un anillo de circunvalación de dirección única que bordee todo el río. Según la propuesta, en el paseo Echegaray se estrecharía la calzada por lo que los cuatro carriles actuales (dos por sentido) se reducirían a dos de un sentido único. De esta forma, los vehículos deberían cruzar por el Ebro y tomar el paseo de Ribera para ir en dirección de La Almozara.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro destacó, por su parte, que la recuperación de las riberas busca "la vuelta de Zaragoza a sus orígenes. Zaragoza está aquí porque está el río", al tiempo que insistió en la necesidad de que se contribuya a que después de la Expo la ciudad siga siendo "la ciudad de la cultura del agua y de la paz".

Según Alonso, la adecuación de las riberas respeta todos los valores medioambientales y se huye del tradicional "paseo marítimo" junto al Ebro mediante un tratamiento blando, se incrementa el uso ciudadano, al tiempo que se respeta la capacidad de desagüe del río ante las avenidas y riadas.