La nueva oficina de Turismo de Zaragoza tardará en abrir sus puertas. Para este año no hay consignación presupuestaria suficiente para poder desarrollar los trabajos de acondicionamiento de los bajos del edificio de la plaza del Pilar, junto a la Delegación del Gobierno en los que se ubicará.

El Gobierno de Zaragoza aprobó ayer someter a información pública durante 15 días el proyecto de acondicionamiento del local destinado a este centro de recepción de visitantes que cuantifica los trabajos en 999.273 euros y una duración de las obras estimado de ocho meses. La partida del 2020 es de 250.000 euros y queda por ver qué sucederá con el cubo acristalado donde está actualmente la oficina.

El proyecto ya cuenta con la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural. Al tratarse de un edificio que se encuentra en un entorno de protección de Bien de Interés Cultural (BIC), como es la plaza en la que se encuentra la basílica, es necesario que Patrimonio dé permiso para acometer cualquier tipo de obra que pueda afectar a la escena urbana.

Entre las prescripciones que el consistorio debe tener en cuenta aparece la obligación de que los rótulos se ubiquen «como primera opción, en los huecos de las fachadas o que, como segunda, contengan discretas letras sueltas de hierro forjado, bronce, acero o similar sobre las partes macizas» de la misma. Tampoco permite que «la ubicación de las instalaciones sean visibles desde la vía pública» y exige que se mantengan siempre los mismos colores en las carpinterías del inmueble, siguiendo tonos «oscuros o mates».

El consistorio dispone en este edificio de una superficie de 697,90 metros cuadrados distribuidos en tres plantas: el sótano (203), la baja (393,25) y la primera (101,65), cuyos ventanales dan al patio interior del edificio y que se encuentran tapiados. Según el proyecto, será en esta donde se sitúen los despachos y una sala de trabajo mientras que en el sótano albergará un almacén, el archivo, los vestuarios, un pequeño comedor, una sala de «desahogo personal» y un espacio para reuniones.

DISTRIBUCIÓN / En la planta baja se desarrollará gran parte del programa de información a los turistas y se habilitarán dos accesos, uno por la puerta principal y otro por la calle Bayeu, que será utilizado por el personal. La entrada principal dará paso a la sala central de 119 metros cuadrados, donde se recibirá a los visitantes y contará con dos mostradores de información. También habrá una zona infantil, otra destinada a actividades de Aragón, otra de realidad virtual además de un espacio reservado para expositores y otro para llevar a cabo actividades artísticas efímeras. Habrá pantallas mostrando ofertas turísticas y culturales y su diseño está pensando para que todos sus elementos sean móviles, para adaptar el espacio a las necesidades del momento.

Estará decorada con un jardín vertical con techos verdes, un muro vegetal junto a la atención al público y un artesonado de estilo renacentista procedente de una de las casas de Marqués de Ayerbe que se ubicará en la sala central y en el distribuidor de personal.

La idea de incluir la naturaleza surge con la intención de estar «aliados» con el medioambiente y por ello se ha pensando en la vegetación como un componente más del edificio y teniendo en cuenta «el aprovechamiento pasivo de los beneficios de las plantas» aportando oxígeno y humedad en el ambiente.

Este proyecto forma parte de la herencia recibida del anterior Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y también quiere dar espacio a la DGA, a empresas privadas y a asociaciones turísticas para aglutinar en un mismo punto todas las actividades.