Mientras el principio fundamental de la Guardia Civil siga siendo oír, ver y callar las bajas psicológicas, los incidentes y los problemas irán en aumento. En sus 160 años de historia, la relación jefe-subordinado ha evolucionado tan poco que las directrices del Duque de Ahumada son ahora progresía. Si mal está usar la enfermedad como arma arrojadiza, más reprochable es que los altos mandos utilicen la obediencia debida para no asumir responsabilidades.