La planta de Opel España contiene la respiración a la espera de conocer si finalmente el grupo PSA comprará la filial europea de General Motors. Ayer, en la planta de Figueruelas, todavía trataban de recuperarse del shock que supuso la confirmación, por parte de ambas corporaciones, de que las negociaciones existían. De hecho, el comité de empresa de Figueruelas guardó un silencio escrupuloso ante la incertidumbre sobre el desenlace de las conversaciones. Nadie quiso valorar la hipotética operación. Tampoco Opel España, que espera acontecimientos desde Francia, Alemania y Detroit.

El consejero delegado de Opel, Karl Thomas Neumann, envió ayer un mensaje a los miles de empleados del grupo en el que confirmó los contactos con PSA. «En principio, son buenas noticias», ya que «desde hace tiempo he sido un gran partidario de establecer una cooperación más estrecha», dijo Neumann, para quien la operación tiene «mucho sentido desde el punto de vista del negocio». No obstante, entendió la inquietud que la noticia puede generar a partir de ahora y se comprometió a hacer «todo lo posible» para que Opel tenga un futuro «excelente» si hay un cambio de manos en la propiedad.

Pese a este mensaje, ayer fueron todo especulaciones en Figueruelas, con una pregunta en el aire: ¿Cómo afectaría una compra al futuro de la planta y a sus más de 5.500 empleados? Para José Antonio Bueno, experto en el sector del automóvil, tanto la factoría de Vigo (PSA) como la de Opel España cuentan con los mejores avales: son productivas, competitivas y han conseguido asignaciones de producto muy importantes en los últimos tiempos. «Creo que ambas seguirán», porque estas fábricas «son más eficientes que las francesas». Pese a ello, teme por los efectos en la de Villaverde, en Madrid, menos competitiva.

En el caso de que la operación frutificase, Bueno da por hecho que las marcas continuarán y que se generarán sinergias entre ambas multinacionales, ya que el nuevo grupo tendrá plataformas comunes para la producción de vehículos y también los mismos proveedores, lo que permitiría un ahorro de costes. Sin embargo, la incógnita es si esas sinergias se trasladarán también al empleo, lo que provocaría recortes de plantilla. PSA y Opel suman más de 13.500 empleados en España.

ESTRATEGIA Y POLÍTICA / Todo dependerá, según Bueno, de la nueva estrategia, aunque considera que el factor político puede ser relevante, ya que Francia, sede de PSA, afronta unas elecciones presidenciales en abril cuyo resultado es incierto, con Marine Le Pen como gran amenaza por el ultranacionalismo.

Para el presidente del cluster de automoción de Aragón (Caar), David Romeral, no deberían producirse grandes sobresaltos en el corto plazo en Figueruelas, por lo que cree que, de haber consecuencias, estas llegarían en el plazo de cinco o más años, una vez integrados los equipos. «La adjudicación de cada modelo es una batalla», señala Romeral, aunque en ese sentido Figueruelas tiene ya asignados vehículos (Crossland, Corsa, C3 y el nuevo Adam).

UNA OPORTUNIDAD / Respecto a los efectos en las auxiliares, Romeral sostiene que no debería sufrir ningún efecto si Figueruelas mantiene su estatus. Además, recalcó que los proveedores trabajan para muchos fabricantes (Opel, Ford, Volkswagen, Seat, Nissan, Mercedes, PSA...). En cambio, a juicio de Bueno, alguna planta de componentes puede caer, aunque las que sobrevivan se verán reforzadas.

Mientras, la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ) mostró ayer su optimismo ante la operación, que podría reportar «importantes beneficios para Aragón». En este sentido, la patronal sostuvo que «permitiría demostrar la polivalencia de la industria auxiliar de Aragón» y supondría un «estímulo» para la logística aragonesa. Además, añadió, la cercanía con Francia, facilitaría la mejora de las conexiones ferroviarias con el país galo. Con todo, los empresarios del metal pidieron cautela.

CONTACTOS DE LA DGA/ La consejera de Economía, Marta Gastón, afirmó ayer que el Gobierno de Aragón está en contacto con la dirección de Opel España y lanzó un mensaje de «tranquilidad», «confianza» y, sobre todo, «prudencia», porque la planta de Figueruelas es «de las más competitivas». «Si hay más información estaremos puntualmente informados y ante posibles novedades analizaremos y trasladaremos, pero de futuribles no cabe en estos momentos hablar ni analizar», concluyó Gastón.

El presidente de CEOE Aragón, Fernando Callizo, también se pronunció ayer sobre la posible operación de compra y apuntó que, a la espera de la estrategia del grupo francés, Figueruelas cuenta con una «gran reputación» y atraviesa un «momento dulce», por lo que se mostró confiado en que la operación no altere el rumbo de Opel España.