Los grupos de la oposición no perdieron oportunidad ayer de incidir en la falta de concreción de los acuerdos alcanzados ayer tras la comisión bilateral Aragón-Estado, y en su repetición, en muchos casos, respecto a las promesas de otras bilaterales u otras legislaturas.

Fue el caso de la la portavoz del PP en las Cortes, Mar Vaquero, quien criticó no solo la «hipocresía política» y la «improvisación» que a su juicio supuso la reunión, sino que se lograse «escenificar la ausencia de prioridades a la hora de concretar los principales proyectos para Aragón». Para los populares, en la bilateral se constató la «falta de expectativas» y de confianza de la propia DGA, ya que según Vaquero «cada vez que (Lambán) tiene que hablar con Pedro Sánchez» demuestra «dejadez» y «conformismo». Atacó especialmente que asuntos esenciales como la despoblación se tratasen «como mero trámite, sin acuerdos concretos».

No fue mucho más benévola la portavoz de Podemos, Maru Díaz, para quien el encuentro solo sirvió para obtener una «nueva bonita foto» entre administraciones. En cuestiones prácticas solo se logró «volver a pactar sobre lo ya pactado». Para Díaz, la reunión sirvió para comprobar que no habrá «más presupuesto» para Aragón, y el que hay «no se ejecuta». Como ejemplos de la reiteración de promesas, entre otros, recordó que la decisión de crear un grupo de trabajo para aplicar el Artículo 108 del Estatuto de Autonomía (de financiación bilateral) ya se abordó en la última bilateral, el año pasado. La única nota positiva para Podemos fue la retirada parcial del recurso de inconstitucionalidad sobre la ley de emergencia social.

En una línea similar se manifestó Susana Gaspar, portavoz de Ciudadanos. Para quien tras la reunión no hubo «nada nuevo bajo el sol». La diputada de la formación naranja lamentó que el Gobierno de Aragón no acordase los contenidos previamente con los grupos parlamentarios, para llevar «una voz conjunta de todos los aragoneses», y así se lograron acuerdos de «buenas intenciones», cuyo cumplimiento puso en duda. Sobre todo al ser reiteraciones de lo ya acordado, como el caso de la elevación de aguas de Andorra, que forma parte de las obras del Pacto del Agua, incidió.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, trató de ser algo más conciliador a la hora de valorar esta infraestructura hidráulica, pero no ocultó su decepción porque un tema «capital» para Aragón, como el cierre de la central térmica de Andorra, no se incluyese en el orden del día de la reunión y se tratase «de pasada». Con ello, opinó, la comarca de Andorra no ha recibido «el respeto» que merece. Aunque admitió que «Santa María no se hizo en un día» y no se puede abordar todo en una reunión, lamentó que no se hablase de infraestructuras, bien dotadas presupuestariamente en teoría gracias a «las enmiendas» de su partido.

Sin romper la línea de incredulidad, la portavoz de Izquierda Unida, Patricia Luquin, recibió con «absoluto escepticismo» la reunión bilateral, con cuestiones «que ya se han debatido y decidido muchas veces», recordó. La reunión tuvo «más de desideratum que de realidad», opinó.

Los portavoces de los partidos de Gobierno, Javier Sada del PSOE y Gregorio Briz de CHA, emplearon algo más de optimismo al valorar el encuentro y sus consecuencias, que no son todas «humo de pajas», según Briz. Aun así, Sada afirmó que serán «cautos» hasta comprobar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados ayer.