La firma del protocolo inversor para Zaragoza la pasada semana en Madrid y los demoledores informes jurídicos contra la candidatura de Trieste allanan el camino de España hacia la Expo 2008. No está todo ganado, ni mucho menos, pero esta concurrencia es fundamental para el éxito zaragozano. Si hace un mes, se percibía frialdad y escepticismo en ciertos círculos, la ilusión en la ciudad se ha multiplicado. Además de contar con un proyecto sólido, Zaragoza llega a la cita definitiva con la ventaja de haber hecho los deberes a tiempo y bien. En 16 días sabremos si este factor, además de la diplomacia, es decisivo.