Un nuevo error humano en la introducción de las bolas del sorteo en el bombo marcó ayer la adjudicación de las 216 viviendas protegidas municipales entre los más de 14.000 aspirantes inscritos, lo que provocó momentos de tensión y malestar en el Príncipe Felipe. La jornada ya se preveía algo confusa debido al fallo informático que el lunes obligó a anular los números asignados en el primer listado. Sin embargo, las reticencias de los alrededor de 3.000 asistentes al acto se transformaron en indignación cuando el notario Juan Pardo paró momentáneamente el recuento debido a la introducción errónea de una de las varillas, cuyos 50 números correspondían a otro de los tipos de vivienda.

El acto comenzó oficialmente a las 11.00 horas y finalizó pasadas las 14.00 horas. Las puertas del pabellón abrieron a las 9 de la mañana, pero media hora antes ya había gente esperando para entrar.

"Más allá de estos fallos humanos, el procedimiento elegido es el más transparente y el mejor admitido socialmente, por sus criterios de igualdad y de libre concurrencia. Por ello, sigo pensando que el sorteo es la mejor herramienta. No obstante, el Gobierno de Aragón debería de desarrollar los procedimientos legales para regularizar este mecanismo", afirmó el gerente de la Sociedad Municipal de Rehabilitación Urbana (SMRU), Nardo Torguet.

CRITICAS DE LOS ASISTENTES Pero estas buenas intenciones fueron contestadas por algunos de los presentes. "Esto parece un circo y nosotros monos de feria", lamentaba José María Moreno, un divorciado aspirante a una de las VPO de tres habitaciones que, junto con varias personas más, bajó a la pista para comprobar que su número asignado estaba en el lugar correspondiente.

"Este sistema de asignar una bola a cada solicitante es lento, anticuado e impugnable. Es lamentable que un cuarto de hora antes de las 11 de la mañana aún se estuvieran contando las bolas en el suelo", añadía su compañero de asiento.

"Aquí nadie regala nada. Con tanta cámara de televisión y tanto periodista esto parece más bien un espectáculo", se escuchaba de fondo.

El precio de estas VPO va desde los 44.477 euros para un piso de una habitación con trastero en el Casco Histórico a los 100.659 euros para una vivienda de tres habitaciones con garaje también en el Casco Histórico o en el barrio de Torrero. Las previsiones son entregar las llaves antes del verano del 2005. En cuanto al alquiler es de tres euros por metro cuadrado más IVA.

LOS AFORTUNADOS Los afortunados son los que aparecen en la lista provisional que publica EL PERIODICO, que también puede ser consultada en la web de la SMRU y en las oficinas municipales de la calle San Pablo. Además, y por orden de extracción de las bolas, los adjudicatarios elegirán qué vivienda en concreto prefiere dentro de cada cupo.

Estos compradores deberán presentarse en la SMRU con la documentación exigida, que los técnicos municipales comprobarán. Si alguno de ellos no cumple los requisitos, quedará fuera y será sustituido por los números correspondientes a partir del de reserva.

El mecanismo comenzó con las 60 viviendas de alquiler. El número de solicitantes --y por tanto de bolas-- era de 831. Después se introdujeron las dos bolas correspondientes a los dos solicitantes para una vivienda adaptada de un dormitorio en Torrero. Las 31 para tres adaptadas de dos dormitorios en Torrero y Oliver, y las 49 para una adaptada de tres habitaciones en Torrero.

Tras las 530 bolas de quienes optaban a 21 VPO de un dormitorio en el Casco Histórico, Torrero y Oliver, llegó la equivocación. El notario decidió postergar el sorteo correspondiente a las dos habitaciones. Y mientras se introducían en el bombo las 10.252 bolas que optaban a 114 pisos de tres dormitorios, un encargado se dedicaba a ordenar parte de los 3.833 números que se rifaban una VPO de dos dormitorios.