La salud ya no será una cuestión exclusiva del Departamento de Sanidad, sino que involucrará a todos los departamentos y a otras administraciones con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Es es el espíritu del plan de Salud 2030 presentado ayer por el Gobierno aragonés y que, como avanzó EL PERIÓDICO, plantea un cambio de paradigma en la atención a la salud, que ya no se centra únicamente en el tratamiento de la enfermedad ni en un único departamento.

De este modo, la salud estará en todas las políticas del Gobierno. Desde el Departamento de Medio ambiente al de Ciudadanía. Desde Educación a Agricultura. Estarán enfocadas a mejorar la calidad de vida de las personas y, de hecho, una de las primeras medidas que se aplicarán será la creación de un consejo rector encargado de evaluar el impacto de esas medidas en la salud en todos los ámbitos y etapas de la vida. «No todo es recetar medicamentos, hacer análisis o radiografías. Ahí es donde ha fracasado la salud y ha llegado la enfermedad. Es mucho más importante que una persona disponga de un ascensor para poder salir de casa que la receta de un fármaco», expuso ayer el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya.

DESIGUALDAD // El presidente aragonés, Javier Lambán, que también acudió a la presentación del plan, aseguró que esta se lleva a cabo «en el momento más adecuado» ya que

«involucra a todas las políticas de salud, departamentos, administraciones y sociedad en su conjunto» y «emplaza a combatir la desigualdad, causa de muchas de las enfermedades que luego tiene que tratar el Sistema Público de Salud».

Esta nueva hoja de ruta y modificación de paradigma en el enfoque de la sanidad supone un cambio absoluto de planteamiento. Ya no se basará todo en la atención sanitaria, sino en los momentos previos. Una especie de pacto por la salud centrado en esta y no en la enfermedad. «Es inevitable pensar que tenemos un sistema sanitario que ha centrado la mirada en la enfermedad y quizá es momento de huir de ese concepto. Lo que nos hace una sociedad fuerte y saludable son aspectos que tienen que ver con nuestra forma de vivir, con la manera en que nos relacionamos , con la renta o la disponibilidad de una vivienda digna, con un trabajo digno», expuso Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública.

Pero ¿cómo se llevará a cabo este cambio? El texto incluye actuaciones que tradicionalmente no se han relacionado con la salud, como favorecer la rehabilitación de vivienda, intensificar el control de la publicidad y del acceso a los puntos de venta de alimentos no saludables, reforzar medidas de apoyo que eviten desigualdades o incorporar los valores de eficiencia energética en los edificios públicos.

Además, fomenta conductas saludables o activos en salud a nivel familiar y comunitario; y también situaciones de vida, como puede ser el proceso de morir, implementando, por ejemplo, los cuidados paliativos. Otras medidas, a medio plazo, proclaman la creación de un mapa de desigualdades en salud, por edad, género, clase social, etnia, territorio y otros ejes de desigualdad, y algunas que requieren un mayor periodo, como actuaciones para reducir la contaminación ambiental o promover en las empresas la constitución de grupos que fomenten la actividad física.

FIN A LA FASCINACIÓN // El plan, el primero elaborado por un Gobierno desde 1999, pretende fortalecer la Atención Primaria y reorientar la Especializada, además de establecer prioridades para la investigación y la formación. «Si planteamos un cambio de paradigma en el pensamiento, eso hay que acompañarlo de formación y aprender a pensar de otro modo. Tenemos unos magníficos profesionales pero hay que cambiar un modelo de formación pre-grado y post-grado y también la continuada para incorporar todo lo que nos ayude a tener mejor salud y protegernos de la enfermedad», destacó Falo, que abogó por romper con la idea de la «fascinación teconológica, la hiperespecialización o la hipertecnología y recuperar la idea de la atención integral a la persona».

En este sentido, el plan afirma que «el modelo de hospital de alta tecnología no funciona para resolver los problemas derivados de la cronicidad y tiene un coste elevado». Por eso, el planteamiento de Sanidad apuesta por reorientar los recursos «hacia hospitales más enfocados a la cronicidad y los cuidados», con más profesionales generalistas de cara a una atención «más humanizada»