Conseguir que las tres capitales aragonesas estén conectadas por la velocidad alta ferroviaria en el 2006. Es uno de los compromisos que lanzó ayer el número uno del PAR al Congreso por Zaragoza, Manuel Lorenzo Blasco, quien también garantizó que su apuesta pasa por concluir los cinturones de ronda zaragozanos y por completar el desdoblamiento de la carretera nacional 232.

La candidatura del PAR se trasladó hasta el final del cuarto cinturón, a la altura de La Cartuja, donde la vía de circunvalación se interrumpe bruscamente porque está pendiente de terminar. Ante la infraestructura que llamó, irónicamente, "el puente hacia ninguna parte", Blasco aseguró que pretende arrancar del próximo Gobierno central el compromiso de que el AVE aragonés estará listo en el 2006.

EN EL ´DEBE´ De esta forma, dijo, se podrá "empezar a compensar la deuda histórica de inversiones en infraestructuras que el Estado tiene con Aragón". La red AVE será "fundamental para vertebrar el territorio y para dinamizar el desarrollo económico y social de Huesca y Teruel". El aragonesista también quiere conectar la capital turolense con Valencia y la oscense, con la frontera francesa en alta velocidad, para completar ejes.

Blasco se comprometió a finalizar los cinturones de ronda de Zaragoza y a prolongar el desdoblamiento de la carretera nacional 232, que ahora sólo llega hasta El Burgo de Ebro. "Son dos temas básicos para la mayoría de los zaragozanos y el lentísimo ritmo que el PP ha impuesto en las obras es lamentable cuando tenemos el 2008 a la vuelta de la esquina", señaló en alusión a la Expo de Zaragoza.

El PAR tiene como objetivo "superar la asignatura pendiente que tiene Zaragoza con las infraestructuras". Por eso también plantea la necesidad de potenciar el aeropuerto de la capital, poner en marcha una red de cercanías en la provincia y terminar con celeridad la autovía Somport-Sagunto.

Por la tarde, el candidato al Senado Javier Allué trasladó el mensaje del PAR a Monegros (Bujaraloz, La Almolda, Monegrillo, Farlete, Perdiguera y Leciñena). Allué reafirmó su no al trasvase en el desierto aragonés. Y subrayó la incongruencia del PHN, que pretende llevar agua del Ebro a 900 kilómetros cuando no se puede regar mucho más cerca del río.