El 2016 volvió a ser un buen año para la recuperación del mercado laboral y se convirtió en el cuarto ejercicio consecutivo de descenso del desempleo, con una tasa de paro que se situó en el cuarto trimestre en el 18,63% de la población activa, la más baja en siete años, desde el 2009. En el 2016 se crearon 413.900 empleos (+2,29%) y el paro se redujo en 541.700 personas (-11,33%), de modo que, al final del ejercicio había algo más de 18,5 millones de personas trabajando (18.508.100 personas) y el número de parados se había reducido hasta la todavía muy abultada cifra de 4.237.800 personas.

En general, todas las autonomías incrementaron su número de ocupados, salvo Extremadura. Además, se creó empleo en todos los sectores, aunque destacó el de servicios (+240.400 puestos). Aunque el número de hogares con todos sus miembros en paro se redujo en 50.500, aún alcanza la cifra de 1.387.700 (el 7,5% del total) y existen 1,6 millones de parados que llevan más de dos años buscando empleo.

Estas son las grandes cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), que, en una primera lectura sirven para convertir el 2016 en «un buen año para el mercado laboral», según la patronal CEOE. Sin embargo, el ejercicio acabó con señales preocupantes que anticipan un frenazo. «Los datos de la EPA del cuarto trimestre del 2016 nos sorprenden con una ralentización en el crecimiento de empleo, que llega antes de lo previsto», avisa la patronal de las agencias de empleo, Asempleo.

Sector público / En la última parte del año no hubo creación de empleo, sino que se destruyeron 19.400 puestos, sobre todo en el sector público (17.800 puestos menos). Además, la reducción del paro en 83.000 personas durante el cuarto trimestre se explica, sobre todo, por la pérdida de población activa (102.400 personas menos). «El perfil de la persona que se desanima en la búsqueda de empleo es el de un varón de 30 a 34 años», apunta Asempleo.

Con todo, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, subrayó que la reducción del paro del 2016 (541.700 personas) fue «la mayor bajada del paro de toda la serie histórica». En declaraciones a Onda Cero, el presidente Mariano Rajoy reconoció que «falta mucho por hacer pero cinco años consecutivos de crisis no se resuelven en un cuarto de hora. Si somos capaces de mantener la política económica (...) llegaremos a esos 20 millones de ocupados» al final de la legislatura, en el 2019.

Lo cierto es que los datos no han logrado cumplir las expectativas del propio Gobierno. En su último cuadro macroeconómico había calculado que este año se crearían 550.000 empleos (136.000 más de los contabilizados) y que la tasa de paro se situaría en el 18,4% al final del cuarto trimestre (frente al 18,63% obtenido).

En línea con esta tendencia, la Cámara de Comercio de España prevé que la creación de empleo se desacelerará hasta el 2% en el 2017 y que la tasa de paro descenderá hasta el 18,7% de media anual, un punto por debajo del promedio del 2016 (19,6%).

PRECARIEDAD / Un análisis detallado de los datos permite concluir que en el 2016 hubo un reparto del tiempo de trabajo entre un mayor número de personas. Los datos de la EPA del cuarto trimestre revelan que, en media, cada empleado trabajó 33,9 horas, una menos que en igual periodo del 2015 (34,7 horas), un dato que pudo haber evitado una mayor destrucción de empleo en la recta final del año.

Según UGT, «el empleo creado tiene una gran dosis de precariedad y temporalidad» ya que el 31% de los contratos duran menos de seis meses y solo un 15% de los asalariados tienen un contrato de duración superior a un año. “La precariedad laboral, en sus diferentes formas, afecta a la mayoría de la población activa y ha aumentado durante la crisis en forma de tiempo parcial, empleo autónomo y devaluación salarial», denuncia CCOO.