Frente a las muy positivas cifras en tráfico de mercancías en el Aeropuerto de Zaragoza el año pasado, las de pasajeros supusieron un revés, al perderse 20.849 viajeros respecto al 2018 y quedar en 467.774, un 4,4% de caída. Este registro mantiene a la terminal en los registros de los últimos años, que no remontan desde hace 8 años. Pese al dinero invertido por la DGA para remontar, con nuevas rutas como las de Lisboa y Gran Canarias, estrenadas el pasado octubre, es uno de los once aeropuertos españoles que han empeorados sus registros.

Pese al mal dato, el Gobierno de Aragón es optimista respecto al futuro, pues considera que la estrategia de la Mesa de Conectividad Aérea para desestacionalizar los vuelos, más allá del verano, y cambiar el perfil del viajero a uno más internacional y de negocios, está funcionando. Así lo explica el secretario general técnico del Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda de la DGA, Juan Martín. Según su análisis, el descenso es imputable a la eliminación de los destinos veraniegos a Ibiza, Palma de Mallorca y Lanzarote, así como la reducción de frecuencias a Menorca. Unas «decisiones operativas empresariales» tomadas por compañías privadas en rutas no subvencionadas por la DGA, destacó Martín.

Este factor supuso de hecho una reducción de 42.133 pasajeros, parcialmente compensada con los 20.730 que aumentaron las rutas internacionales y en Gran Canaria. Que son, precisamente, el perfil de uso «empresarial, comercial, turístico y social que genera valor añadido, frente al recreativo y vacacional», según Martín. Además, destacó que operadoras como Volotea y Binter han comenzado a operar rutas, mostrando el «atractivo» de la instalación.

Pese a este cambio de perfiles, la lista de destinos preferentes no cambia demasiado, con Londres en cabeza (con más de 91.000 viajeros entre ida y vuelta), seguida de Palma, MIlán-Bérgamo y los dos destinos a Rumanía, Bucarest y Cluj-Napoca, que suman más de 92.000 viajeros entre los dos.

Mientras, también en Aragón, el aeropuerto de Huesca-Pirineos continuó siendo el de menor uso de los que gestiona Aena en España, e incluso cayó a menos de la mitad respecto al 2018, quedando en 622 pasajeros. Sin embargo, en cuanto a operaciones (despegues y aterrizajes) supera incluso a Zaragoza, al servir como escuela de vuelo. Todo en un año en el que los viajeros aumentaron un 4,4% en toda la red nacional de aeropuertos.