E l canto a España de Lambán recibió muchos aplausos en la Aljafería. Y no solo era la cla. Entre la sociedad civil se oía que el discurso había estado «muy bien», que tenía «muy buena cabeza». Y es que el presidente se apuntó descaradamente a la tendencia. No es casualidad que su socio de gobierno no le aplaudiera, que la izquierda le criticara duramente y que los únicos partidos a los que les parecieron bien sus ideas fueran Ciudadanos y el PAR. El líder del PSOE dio ayer por cerrada la legislatura y abrió ya la siguiente en la que tiene claro qué apoyos electorales busca. Fue algo más que un guiño a una futura nueva mayoría. Semejante compromiso con España le impidió a Lambán hablar de los problemas de los aragoneses en su día. Es verdad que sin financiación no hay nada, y eso lo pidió, pero hay otras muchas cuestiones que reclamamos y que solo tuvieron un poco de eco gracias a que la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, en un discurso excesivamente extenso, confundió el Legislativo con el Ejecutivo. Por lo demás, solo un dato: la Mesa del diálogo social no fue capaz de consensuar un único discurso de agradecimiento. Hablaron los cuatro.