El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil sigue investigando el abandono de mil cerdos en una granja de Villafranca de Ebro, cuya inundación causó finalmente la muerte de 50 animales. Pero según diversas fuentes del sector consultadas, el responsable sería más bien la integradora que provee los cerdos para el engorde, que es la dueña del ganado y la responsable de su traslado. En este caso, la navarra Uvesa.

Así lo confirmó el propietario de la instalación, José Antonio Moreno, con quien este diario pudo hablar ayer. Según afirmó, el martes ya dio aviso a la OCA (Oficina Comarcal Agroambiental) y a la integradora, que rehusó nombrar. Y lo reiteró en los días siguientes, ante las alertas de crecida. «Pedimos 14 camiones, pero el viernes solo nos trajeron seis».

Con ellos se pudo evacuar a unos 1.200 animales, pero restaban otros mil. Quedaron en continuar el traslado el sábado, a las 8.00 horas, pero a las 7.30 él ya se trasladó al recinto y comprobó que el camino era impracticable. «Me puse un traje de pescador y les dejé los comederos llenos y 30.000 litros de agua potable», explicó. El agua del río llegó a alcanzar metro y medio de altura, pero solo fallecieron unos 50. El resto, cuando el camino esté en condiciones, será trasladado a un par de granjas vacías en Ejea.

La instalación, explicó el ganadero, está destrozada. En gran parte por el agua y los propios animales, aterrados. Pero también porque alguien -sospecha que animalistas-, rompió una verja y una ventana para entrar, durante la crecida, y abrió las puertas. El presumible intento de liberar a los animales atrapados provocó, aparentemente, que entrara más agua. Piensa denunciar los destrozos ante la Guardia Civil.

Moreno ya tenía experiencia en este desastre, porque en el 2015 la instalación, pese a no estar en zona inundable, ya resultó anegada, y perdió todos los animales. Entre la indemnización a la integradora, lo que dejó de ganar y las reparaciones, calcula que perdió 400.000 euros. De ahí que le resulte «muy difícil» asumir las críticas en las redes sociales, incluso con denuncia de por medio anunciada ayer por el partido animalista PACMA.

Por su parte, el secretario general de UAGA, José Manuel Penella, recordó que se desalojaron 43 explotaciones aragonesas y que solo en cinco no se llegó a tiempo. A su juicio, la situación en Villafranca «ha generalizado las críticas a todo el sector de forma injusta». Para su homólogo en UPA Aragón, José Manuel Roche, «Se están diciendo muchas tonterías; en ningún caso un ganadero sacrifica su principal medio de vida porque, además, las indemnizaciones no cubrirán todos los daños», indicó.