--¿Cuáles son las principales causas de la pobreza infantil?

--Según el análisis de Unicef se debe a que no hay suficiente inversión. El sistema de protección es muy débil. No se ha invertido en la infancia y ahora se nota mucho más con la crisis. Las partidas destinadas a este concepto han caído un 15% en los últimos años. Es además algo estructural, llevamos así mucho tiempo. Además las políticas de infancia han sido poco eficaces. Irlanda lo ha reducido, por ejemplo, pero se ha conseguido con una inversión directa. Serían necesario 1.200 euros por familia. También tenemos que ser más eficaces en la forma en la que se invierte el dinero.

--¿Solo la crisis está detrás de la pobreza infantil?

--España ya tenía índices importantes de pobreza infantil antes de la crisis. Ahora se han agrandado, claro. Las diferencias son más profundas y se están ampliando las diferencias. Es algo alarmante porque la desigualdad crece. Se debe fundamentalmente al paro. Y los recortes han afectado a las políticas de protección, pero también en los servicios públicos.

--¿Y por qué no se detecta en la calle?

--Claro que se detecta. Unicef no se lo inventa. A veces esto no se quiere ver. La gente que trabaja con los niños y las familias lo sabe. No son los niveles de pobreza de Somalia, pero hay niños que no se lava, que no puede comer, que están desnutridos; que tienen frío en casa, o que no se pueden marchar de vacaciones. Las condiciones de vida de esas familias están así. Ha empeorado y afecta a todos los ámbitos.

--Las instituciones pueden hacer algo más, claro.

--Claro. Unicef habla del valor social de la infancia. Los niños no son solo de sus padres, sino de la sociedad. El futuro es de todos. España puede convertirse en un país sin niños y más desigual. Invertir en los niños no es un coste, es una tarea de todos. Es necesario un pacto nacional por la infancia. Todas las fuerzas deben implicarse en la protección de la infancia. No puede ser un tema partidista.

--En el contexto nacional, ¿cuál es la situación en Aragón?

--Es una comunidad que no está peor que el resto; los índices son mejores, pero es por la renta, que es algo más alta. Pero también se han ensanchado las desigualdades. Estamos bien en la escolarización de 0-3 años, por ejemplo.

--Es de suponer que los recortes afectan especialmente a la infancia.

--Y se dejarán notar todavía más. Este año los recortes han sido aún mayores. Las buenas intenciones se deben reflejar en los presupuestos. En Aragón se firmó un pacto entre todos los partidos, veremos si se nota en la inversión del próximo año.

--¿Qué le parecen medidas como la apertura de comedores en verano?

--La propuesta de Unicef es más de ayuda a las familias. Si no, vamos a quedarnos sin niños porque si no hay ingresos es imposible tener hijos. Perderemos un millón en los próximo años porque las condiciones de vida imposibilitan que las familias crezcan. Ante la situación que vivimos es una buena medida abrir los comedores. Al menos los niños comen, lo que es un gran avance teniendo en cuenta el problema de desnutrición que existe. Pero también sería bueno hacer actividades lúdicas porque algunos no tienen ni siquiera vacaciones durante el verano.

--Pero luego solo se apuntan poco más de 300 familias a estos comedores.

--Sí, pero a lo mejor hay que mirar qué ha pasado con la norma, igual no ha llegado a la gente. Se ha hecho muy deprisa y estas cosas hay que explicarlas bien. Las situaciones son tan difíciles, así que es importante mirar a las familias y ver qué problemas tienen, y resolverlos, claro.